Viven en pleno centro porque El Fonsado está detrás de sor Valentina Mirón, pero entre ratas, pulgas y casas en ruina. Como el número uno de la calle la Zarza, una auténtica cochambre cuyo bajo está abandonado, pero dicen los vecinos que es refugio de yonquis. "Que lo tapien, que de ahí no hacen más que salir ratas y pulgas". Desde la calle se ven escombros, colchones y enseres tirados por el suelo y hasta restos de comida en una mesa. Enfrente, a no más de tres metros, vive Eusebia, de noventa años, cuya hija aprovechó también ayer para pedir a la concejala Carmen Blázquez que obligue a tapiar esa y todas las casas abandonadas en el barrio.

Lo que le reclamó también el presidente de la asociación de vecinos del Pilar. "Que obliguen a los dueños a tener las casas en buen estado o que el ayuntamiento las tire todas, que sólo sirven para crear problemas de salubridad". Hace veinte días que los técnicos municipales han visitado y levantado también acta de esta situación en el Fonsado, pero la solución aún sigue pendiente.