En febrero, las actuales pilonas que limitan el acceso al casco histórico dejarán de funcionar. Pero no porque la entrada sea libre a partir de ese momento, al contrario, sino porque su función la realizarán las cámaras de vigilancia instaladas ya en la puerta Talavera, la puerta de Coria y la calle del Rey.

Comenzará así a funcionar la nueva ordenación del tráfico intramuros, aunque lo hará a modo de prueba durante unos quince o veinte días, según ha explicado el concejal de Interior, José María Nisa. El objetivo es que durante ese tiempo, la policía local pueda comprobar si el sistema tiene fallos y corregirlos antes de que se ponga en marcha de forma definitiva porque entonces, cualquier infracción conllevará las correspondientes sanciones fijadas por ley, por valor de 200 euros.

Pero dado que es un sistema nuevo y puede generar confusión al principio, el edil prefiere ser prudente. El horario de carga y descarga se mantendrá como hasta ahora, pero las empresas y otros servicios tendrán un horario delimitado en función de su actividad.

Actualmente, se están informatizando en la jefatura todas las solicitudes de tarjetas de residentes del centro y empresas que trabajan en la zona recibidas desde que, el pasado mes de septiembre, comenzó el plazo de solicitudes. También las matrículas de los vehículos de los padres que acuden a las clases del conservatorio y similares. En torno a 500 solicitudes han llegado a la jefatura en estos meses, según los cálculos del edil de Tráfico, para más de 3.000 vehículos, y también se está formando a los agentes que se encargarán de controlar el sistema.

FUTURA AMPLIACION Cada vehículo que acceda al centro una vez funcione el sistema tendrá asignado un tiempo de permanencia. El horario de carga y descarga se mantendrá y la intención del ayuntamiento es ampliar más adelante el sistema e instalar nuevas cámaras en la puerta del Sol; el Cañón de La Salud y la Puerta Berrozana.

Esta nueva ordenación de la circulación de vehículos es un paso más en la filosofía del equipo de gobierno de limitar al máximo el tráfico en la zona intramuros; de ahí también la decisión de que la parada de taxis desaparezca de la plaza Mayor, lo que hoy ya es efectivo.