En cierta ocasión, una adinerada señora, madre de un joven pianista, asistía, entusiasmada, un concierto, deshaciéndose en elogios hacia su propio hijo. Le requirió opinión a un viejo profesor presente sobre las virtudes pianísticas de aquél, preguntándole: ¿cómo toca mi hijo profesor? A lo que éste, con diplomacia y prudencia, le contestó: Toca como mandan los evangelios . La madre sonriente y satisfecha se sintió halagada. El profesor prosiguió: Su mano derecha no sabe lo que hace su mano izquierda . Resultado: suena mal la música.

Algo así viene ocurriendo en el Ayuntamiento de Plasencia. Suena mal la música. Tensiones, dimisiones, presiones, escisiones. Hay demasiado vinagre en todas las declaraciones y comparecencias de los portavoces y representantes políticos. Oscuro y proceloso horizonte es el que se nos muestra desde la corporación municipal placentina.

Cordura, sensatez y sosiego , ¡por favor! Toca construir y no destruir. Toca cooperar, colaborar, participar, sumar y trabajar. Plasencia no puede continuar en un asiduo y diario enfrentamiento de unos contra otros, otros contra unos, unos contra unos y otros... todos contra todos. No se puede entender, por muchos argumentos que se quieran exponer, que Plasencia pueda perder el representante en la vicepresidencia de Caja Extremadura.

Félix Dillana tendrá pocos o muchos defectos, pero lo que nadie puede poner en duda es su eficaz gestión al frente la 1. entidad financiera de Extremadura. Cuando menos se le tiene que otorgar el reconocimiento de su experiencia, atesorada durante mucho tiempo, en sus órganos de gobierno.

Desde aquella Caja Plasencia, de futuro incierto por el estrecho marcaje del Banco de España (al no poder cumplir el coeficiente de caja) a la actual Caja de Extremadura, han transcurrido más de 15 años, siendo notable la gestión de su consejo de administración que la ha llevado a ser una de las cajas mejor estructuradas y consolidadas de España.

Según el Reglamento Electoral de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Extremadura, los ayuntamientos nombrarán, a través de sus plenos, a los representantes de las distintas fuerzas políticas con criterio de proporcionalidad --según su representación--. En Plasencia, cada partido, ha nombrado a quien ha considerado más oportuno para representarle en la Asamblea General de Caja Extremadura. ¿Por qué no se puede dimitir de este cargo y su representación política cambiar de representante dentro del mismo partido? ¿A qué otro partido se perjudica si se mantiene la proporcionalidad? A nadie. Lo único evidente es que, probablemente, Plasencia pierda la oportunidad de seguir teniendo a un placentino como vicepresidente de la mayor locomotora social y económica de Extremadura.

Plasencia tiene que estar y está por encima de todos los intereses partidistas y particulares. Aún estamos a tiempo de asear la imagen de nuestros políticos y de afinar nuestra orquesta municipal, consiguiendo que en estos dos próximos años suene mejor, interpretando una buena sinfonía . Para ello los intérpretes, sin renunciar a su propia tendencia ideológica, tienen que poner mucho de su parte y, contrariamente al caso del pianista, tanto la mano derecha como la izquierda deben de ir al mismo compás. El compás que marca el progreso económico, cultural y tecnológico, en definitiva la modernidad, de nuestra ciudad. La melodía siempre la marcará Plasencia. Los políticos el acompañamiento.