Los miembros del Campamento Dignidad anunciaron ayer, tras 82 días de encierro en una estancia de la Catedral Vieja, el fin de la acampada y la apertura de una nueva etapa en su "lucha", en la que seguirán reivindicando la creación de empleo público y el fin de los desahucios.

Mónica Calvo, miembro del campamento, advirtió de que el hecho de que se levante el campamento no quiere decir que el colectivo vaya a desaparecer, a la vez que defendió que su acción "sigue siendo muy necesaria".

"Seguimos en la lucha, pero hemos decidido abrir una nueva etapa que estará marcada por una forma de trabajar más organizada", aseguró Calvo antes de agradecer los múltiples apoyos que la acampada de parados ha recibido durante su encierro.

Explicó además que, a partir de ahora, el Campamento Dignidad seguirá trabajando "de otra forma" para conseguir la creación de empleo público, el fin de todos los desahucios y el aumento en la dotación presupuestaria de la renta básica en Extremadura, que entrará hoy en vigor.

También anunció que recurrirán las multas municipales a dos de sus miembros por repartir octavillas de la manifestación del 18 de abril.