Los problemas en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia son cada día más evidentes. No hay más que pasar por algunos de sus servicios para comprobar el general empeoramiento que ha experimentado.

Analizando los componentes del problema se observa la precaria situación laboral en general del escaso personal sanitario, lo que deriva en la ausencia parcial o total de empatía y la falta de tiempo para ejercer una correcta atención hacia los usuarios en una profesión eminentemente vocacional.

Aunque, para entender bien una historia, hay que conocer las dos partes. En los últimos tres meses he sido testigo de diversas irregularidades, hasta alguna negligencia susceptible de denuncia (pero no denunciada), y bastante poca empatía por parte de los sanitarios. Por otro lado, he podido comprobar un mal uso y muchas veces abuso, del servicio de urgencias hospitalario por parte de los usuarios, capaces de acudir a urgencias con episodios que bien pudieran ser resueltos por su médico de familia y demostrando su buen estado en una fluida y molesta charla a grito vivo con sus acompañantes, habitualmente, más de uno.

Y todo se complica en estas fechas cuando, por ejemplo, has de acompañar a algún enfermo en Nochevieja y te quedas sin cena. En ese momento te planteas por qué en otros hospitales de la misma comunidad, los familiares han recibido su menú tanto en Nochebuena como en Nochevieja y en este no, para responderte que tal vez, es la gestión humana lo que marca la diferencia.

La ausencia de profesionales en este caso es solo un síntoma del verdadero problema base, el mal uso que de la sanidad hacemos todos, quienes la dirigen y gestionan y quienes utilizamos sus servicios. Por ello, la solución y la responsabilidad están en manos de unos y otros. Principalmente de los políticos, quienes, o gozan de muy buena salud o, no tienen ni idea del alcance de lo que está sucediendo, como también y, de forma lamentable, pude comprobar en el discurso de uno de los más altos cargos en nuestra región en materia de sanidad, sobre lo relacionado con la enfermedad motivo del evento y su presencia en él.

Buen uso por parte del usuario, mayor empatía por el personal y mejor gestión es la fórmula para, desde mi punto de vista, cuidar y sanear nuestro magnífico y envidiado sistema sanitario.