El parque infantil del barrio de La Data está situado junto a la calle Manuel García Matos. Se trata de una urbanización de varios edificios, que albergan 64 viviendas, construidas por la empresa, Majuma hace seis años. En la parte privada de este recinto vecinal hay una pista deportiva y una piscina. Y en la parte pública, un parque infantil con varias zonas ajardinadas y de juegos para los más pequeños. Los problemas surgen en esta segunda zona. Algunos residentes se quejan de que no pueden utilizar las instalaciones del parque infantil porque están pintadas, llenas de cristales rotos, las papeleras están tiradas en el suelo, porque han sido arrancadas y su contenido se reparte por el suelo.

Por la noche la situación se complica ya que un grupo de jóvenes ha tomado el parque como zona de botellón y permanece en él hasta altas horas de la madrugada consumiendo alcohol. Las botellas de cerveza se acumulan en el suelo y los cristales decoran la zona infantil con el riesgo que supone para los niños que juegan allí.

"El olor a orín es insoportable porque hacen sus necesidades donde les parece bien. Por la noche, es muy difícil conciliar el sueño, por el ruido y de momento aquí nadie hace nada para acabar con esta situación" indicó un vecino afectado. Los vecinos piden más limpieza, cuidado de las zonas ajardinadas y vigilancia en el citado parque. A toda esta situación se añade la suciedad y el ruido que provocan jóvenes que ocupan un porche situado en las traseras de viviendas de la calle Manuel López Sánchez Mora, que linda con esta urbanización.

Las paredes del citado porche, están llenas de pintadas y en el suelo hay botellas de cerveza que se extienden por el jardín que lo antecede. "Una entrada que nadie la querría para su casa, están a cualquier hora del día. Además aparcan las motos en la acera y no puedes ni pasar" explicó un vecino del barrio.

La falta de mantenimiento no es exclusiva de este parque. En el parque de la Coronación hay juguetes rotos de los que cuelgan maderas. Las cuerdas de la pirámide de juegos se quitaron pero un poste metálico de unos cinco metros sigue erguido en medio del parque y muchos niños han chocado contra él.