Como lleva sucediendo desde que se liberalizó la fecha de aperturas de comercios y rebajas, en Plasencia, un buen número de comercios iniciaron el pasado día 2 el periodo de rebajas. La calle del Sol es el mayor exponente, con más del 90% de tiendas con descuentos y, la mayoría, corresponden a franquicias. En torno a un 10% son socios de la asociación de comerciantes Zona Centro, cuyo presidente ha dado voz a una reivindicación casi general del colectivo: «que vuelvan los periodos de rebajas de siempre, enero, después de Reyes, y febrero y julio y agosto».

Porque, hasta el próximo lunes, unos comercios tendrán rebajas y otros no y esto, para Zona Centro, supone una mayor competencia de la que ya de por sí se ejerce habitualmente. Es más, el presidente del colectivo, Fernando Santiago, la califica de «competencia desleal. Así no podemos competir porque nosotros estamos solos o tenemos un empleado y no podemos abrir toda la semana, ni regalar la mercancía».

Santiago subraya que, el primer golpe se lo llevan con el Black Friday y después, «hasta que no pasa el puente de la Pura no se vende nada». Es más, considera que lo que se está vendiendo desde esa fecha es «por necesidad, por obligación por el tema de los regalos, no es una compra extensiva y hemos tenido solo cuatro días buenos».

En un balance del consumo durante el pasado año, su opinión es la misma: «no hay una regularidad en las ventas, se vende en momentos puntuales y a la gente se la está acostumbrando a tener descuentos y promociones casi todo el año», con lo que, lo que hace el consumidor es, por un lado, esperar a estos descuentos y, por otro, no comprar en los comercios que no los tienen.

Por eso, se está produciendo una bipolaridad, como en estos días. Un ejemplo, mientras la calle del Sol está en su mayoría en rebajas, la calle Talavera no las tiene y, en general, tampoco la avenida de la Vera y Rey.

«Si no aprovechamos estos tres días para seguir vendiendo a los precios habituales, nos quedamos sin margen».

Frente a las franquicias, Santiago destaca que el servicio que ofrece el pequeño y mediano comercio es «completamente distinto, por la atención al cliente, en los cambios... entrar en una franquicia es como ir a un supermercado y no hay profesionales trabajando en ellos».

«Seguimos esperando el despegue», apunta sobre este año y lamenta que «llevamos así nueve años, se siguen abriendo comercios y se siguen cerrando».