Fieles a su cita anual y leales con la comarca de Miajadas-Trujillo, hace unos tres meses llegaban las primeras grullas a sus cuarteles de invierno en esta zona anunciando la llegada inminente de los primeros fríos. A principios de la invernada, buscan en las siembras y rastrojos de cereal y arroz los granos, invertebrados y algún pequeño vertebrado. Pero su alimento preferido es la bellota, desplazándose en grandes grupos a las zonas de dehesa cuando este fruto madura. A pesar de que en la época de cría es una especie territorial, es decir, cada pareja defiende su zona frente a la invasión de otras grullas; durante la invernada estas aves se comportan de forma gregaria, esto es formando grandes bandos, acentuándose este comportamiento en los dormideros, que en algunos casos llegan a congregar a más de 10.000 individuos.

No es de extrañar, por tanto, que en la comarca Miajadas-Trujillo no haya dejado de crecer el interés de ornitólogos y aficionados por esta especie, lo que ha llevado al sector turístico a prepararse para atraer a un mayor número de turistas de naturaleza, en temporada baja como es otoño-invierno. Además de fomentar su capacidad para ofrecer un servicio diferenciado y de calidad.

Estas aves protagonizan unos vuelos espectaculares sobre los cielos de los campos sorprendiendo a los visitantes y ofreciéndoles una estampa idílica e inigualable al atardecer, cuando contados por cientos acuden a los espacios que les sirven de dormideros. Para disfrutar de este espectáculo en todo su esplendor y conocer el entorno, Adicomt invita al visitante conocer el territorio. En concreto, existen varias zonas de invernada en este territorio: Zorita, en el entorno del pantano de Sierra Brava y Pizarro y Casar de Miajadas, en el entorno de las Vegas Altas del Guadiana enclaves incluidos en la zona que abarca el sector Zona Centro; y en el territorio que abarca el Sector Almonte se encuentran en Torrecillas de la Tiesa y La Aldea del Obispo.

La grulla es un ave muy popular en la comarca Miajadas-Trujillo y los motivos son su gran tamaño, se trata de nuestra ave de mayor estatura, su inconfundible voz y su espectacular comportamiento, que difícilmente deja indiferente al observador lo que ha llevado al sector turístico de la zona, a incluir este recurso como un atractivo importante. Durante la invernada, la grulla común sigue una rutina diaria muy marcada: reposo nocturno en dormideros comunales y dispersión durante las horas de luz por las áreas de alimentación próximas. La disponibilidad de alimento en dehesas y cultivos y de lugares adecuados para albergar un dormidero, son los dos factores clave que permiten el establecimiento de un área de invernada. Y este territorio, desde el último censo realizado en el 2007 y a merced de las primeras cifras que arroja el censo que en la actualidad se está elaborando y cuyos datos se publicarán próximamente, ha sufrido un importante aumento del número de grullas que pasan el invierno en él.

Esta evolución del número de grullas en el territorio Adicomt viene favorecida por factores como el aumento de algunos cultivos de arroz y maíz y el grano que se queda en el suelo, a lo se une la escasa molestia debido a la ausencia de ganado, todo un paraiso para estas aves que cada invierno aterrizan en la comarca.