La devoción y la fe se vivieron ayer a ambos lados del río Guadiana. A la misma hora, iniciaban sus desfiles el Cristo de la Espina y la Virgen de la Amargura, con salida del convento de Las Descalzas, y el Misterio del Calvario, que, desde la parroquia de San Fernando, enfilaba la avenida Carolina Coronado para cruzar el puente de Palmas.

Este año bajo las andas del Cristo de la Espina iba un costalero más, ya que se han remodelado a iniciativa de la Asociación de Costaleros y Capataces San José, que también ha corrido con los gastos de esta actuación, según explicó la hermana mayor de la cofradía, Ana Sánchez Barriga. Ayer, como ocurrió el año pasado para la procesión Magna y hace varios también en la del Martes Santo, los claveles del paso del Cristo se sustituyeron por brezo, pues el dinero que suponía la adquisición de flores se ha invertido en comprar leche para el Banco de Alimentos.

Tanto el paso del Cristo de la Espina como el de la Virgen de la Amargura, que desfiló con las bambalinas delanteras y traseras remozadas, despertaron la emoción de los fieles, que esperaban uno de los momentos más emotivos de la noche: la intervención del Coro Voces Corales de Badajoz frente a la ermita de la Soledad.

Mientras, quienes acompañaron al paso del Misterio del Calvario vivieron una de las estampas de la Semana Santa pacense: el desfile del cortejo por el puente Viejo. Este año, los faldones del paso han sido enriquecidos con sedas de damasco. Además, la Virgen de la Misericordia estrenó un puñal de plata y circonitas, así como sus puños, tocado y la saya de tercipelo nego hecha por sus camameras.

Hoy las procesiones saldrán de las parroquias de San Andrés y Santo Domingo, ambas a las 20.30 horas, y de la Concepción, a la una de la madrugada.