A pesar de las malas previsiones meteorológicas solo una de las 23 procesiones que desfilan por las calles de la capital cacereña tuvo que suspenderse debido a la lluvia. Fue la tarde del Miércoles Santo, cuando la hermandad de los Ramos se vio obligada a no sacar de San Juan al Cristo de la Buena Muerte y a María Santísima de la Esperanza. El resto de procesiones salieron, aunque la lluvia obligó a realizar solo la mitad del recorrido a la hermandad del Humilladero, que salió el Jueves Santo. También se vio afectada la procesión del Entierro (Viernes Santo), de la cofradía de La Soledad. La lluvia les sorprendió en mitad de la plaza Mayor por lo que tuvieron que aligerar el paso para recogerse. En cuanto a público se cree que ha sido de récord: «Hacía tiempo que no se veía Cáceres tan lleno», señala el presidente de la Unión de Cofradías, Santos Benítez, que destaca la presencia de jóvenes y de mujeres en las comitivas de los desfiles. Valora también la coordinación entre las hermandades y la Policía Local.