Unas 20.000 personas se manifestaron ayer en el centro de Madrid en defensa de la sanidad pública, por la dignidad de los trabajadores sanitarios y para exigir el cese del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, como consecuencia de la crisis del Hospital Severo Ochoa de Leganés.

En la manifestación, que partió de la plaza de la Cibeles y concluyó frente a la consejería, participó el excoordinador de Urgencias del centro hospitalario, Luis Montes, destituido por Lamela tras las denuncias sobre presunta mala praxis en la sedación a pacientes terminales en este servicio. Montes fue recibido con abrazos y fuertes aplausos.

La concentración iba encabezada, tras una pancarta en la que se leía n defensa de la sanidad pública y por la dignidad de los trabajadores , por los responsables madrileños de CCOO y UGT y los líderes del PSOE Rafael Simancas y de IU Fernando Marín.

En el manifiesto leído al final de la protesta por Clotilde Vázquez, jefa de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal, los trabajadores acusaron a Lamela de crear una "alarma social, que se ha extendido a toda España" tras "acusar de graves delitos sin pruebas y sin posibilidad de defensa de los ciudadanos". También denunciaron la "inseguridad e incertidumbre" en la que se encuentran los sanitarios, debido a la "ruptura del consenso social existente", provocada por la "crisis iniciada por el gobierno Esperanza Aguirre".

En otros centros hospitalarios de España, trabajadores sanitarios se solidarizaron con los profesionales de Leganés y secundaron un paro de 5 minutos.