La sociedad española, mayoritariamente, rechaza el racismo. Pero hay actitudes preocupantes. Una encuesta oficial hecha pública ayer, Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia, desvela que tres de cada diez españoles "consideran aceptables" las protestas vecinales antimezquitas, como las que tuvieron lugar en Santa Coloma y en el Raval en el año 2004. El 57% las califica de "inaceptables".

La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, encargada de presentar el informe, aseguró que los resultados son esperanzadores. "Sin embargo --añadió-- hay signos ante los que no podemos permanecer pasivos". Los "signos" son "nuevas formas de racismo", que están más encubiertas que las tradicionales pero son igualmente peligrosas.

Se trata de conductas en las que se observa un racismo "callado" aunque latente. Por ejemplo, a la hora de que un inmigrante alquile un piso o cuando los padres rechazan la escuela pública por la masiva presencia de alumnos de otras razas, según la directora general de Integración, Estrella Rodríguez.

DATOS INCOMPLETOS El estudio, para el que se realizaron 2.500 entrevistas telefónicas, destaca que el 65% de los consultados "valora positivamente" la inmigración. Sin embargo, Rumí no quiso concretar si el otro 35% restante opina de forma contraria. La secretaria de Estado se justificó asegurando que los resultados son sólo "un avance" de la encuesta. Según el informe, prácticamente todos los españoles están a favor de que los inmigrantes con papeles sean poseedores de determinados derechos, como traer a su familia (85%), votar en las elecciones municipales (80%) y obtener la nacionalidad española (86%).

A pesar de la buena acogida, en general, que tienen los foráneos, el estudio desvela que casi la mitad de los encuestados creen que los extranjeros deberían mantener sólo los aspectos de su cultura "que no molesten al resto de los españoles". Además, seis de cada diez consideran que, al aceptar sueldos más bajos, los inmigrantes "hacen que bajen los salarios".

En palabras de la secretaria de Estado de Inmigración, el estudio recoge datos "esperanzadores". A dos de cada tres ciudadanos les parece "inaceptable" que se excluya a una chica del colegio por llevar el velo islámico para cubrir su cabeza y el 65% consideran "enriquecedora" la presencia de hijos de inmigrantes en las escuelas. De nuevo, Rumí no concretó cuál es la actitud al respecto del 35% restante.

En relación con la delincuencia, dos de cada tres españoles creen que los actos violentos perpetrados por inmigrantes son hechos aislados y no un fenómeno extendido. Asimismo, una idéntica proporción considera un delito los insultos racistas emitidos en público, como los que reciben los jugadores de fútbol Etto y Kameni, ambos originarios de Camerún. Por eso, los encuestados se muestran partidarios de que la justicia los sancione "en todos los casos".

EL OBSERVATORIO Tras comentar los principales datos del estudio, la responsable de Integración presentó el Observatorio del Racismo y la Xenofobia, un organismo adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

El observatorio tendrá como cometidos especiales realizar un diagnóstico actualizado del racismo en todas las comunidades autónomas y albergará la secretaría del Consejo para la Igualdad de Trato. Este se creará dentro de un par de meses y se encargará, entre otras actividades, de dar asistencia a las víctimas de actos xenófobos.