Al menos 60 personas murieron, entre ellas varias extranjeras, y más de 200 resultaron heridas en un incendio ocurrido ayer en una discoteca de Bangkok, capital de Tailandia, cuando se encontraba llena de gente que celebraba el Año Nuevo.

El subdirector general de la Policía Nacional, general Jongrak Juthanon, dijo que entre la víctimas figuraban cerca de una decena de nacionalidad extranjera, y sin facilitar la cifra exacta, apuntó que eran de Australia, Holanda, Japón, y Singapur.

Por su parte, fuentes de la embajada de España en Bangkok, dijeron a Efe, que no había constancia de que hubiera españoles entre las víctimas del incendio.

El incendio ocurrió en la discoteca Club Santika, situada en la calle nueve del distrito de Ekamai, una zona en la que abundan los locales de diversión frecuentados por la clientela tailandesa de clase media y extranjeros afincados en el país.

"Vi como algunos se arrojaron al vacío desde la segunda planta y eran recogidos del suelo por los miembros de los servicios de rescate. Las llamas salían por las ventanas, y después parte del edificio se desplomó", dijo a Efe, Andrew Davidson, un testigo y vecino de ese barrio capitalino.

Las primeras llamas surgieron en el edificio de tres plantas una vez pasada la medianoche, y cuando la clientela se apercibió del fuego, cundió el pánico entre las cerca de un millar de personas que se encontraban en la discoteca. Varios testigos relataron que se formó un tumulto y los clientes intentaron huir de las llamas por la puerta principal de la discoteca, casi uno a uno, debido a su pequeña dimensión.

La discoteca, según miembros del servicio contra incendios, disponía, además de la puerta principal, de otras dos puertas pequeñas, aunque estas no estaban debidamente señalizadas y eran conocidas únicamente por el personal del establecimiento.

El teniente coronel Wotanan Wongsanga, segundo jefe de la comisaría local de la Policía, señaló que se desconocía con certeza la causa del incendio, aunque las primeras investigaciones apuntaban a que fue debido a la explosión de una traca de petardos activada por algún cliente.