Se puede beber. Se puede comer. Se puede escuchar música. Se puede bailar. Pero nada de fumar. Está prohibido. El Urban Cowboy es el único local de copas de España donde no se permite encender un cigarrillo. De los puros, ni hablamos. Porros, tampoco, claro. Su dueño, Emilio Gallego, se ha recorrido medio mundo y asegura que no existe otro igual. La suerte está echada.

El Urban Cowboy, que también funciona como restaurante, abrió sus puertas hace un par de semanas. Está ubicado al lado de la plaza de Tirso de Molina. Su propietario lo tiene claro: "Será un éxito. Hay que darle tiempo. Ahora viene el verano y a la gente le gustan más las terrazas, pero en septiembre u octubre ya habrá imitadores". Seguro.

Gallego sabe de lo que habla. Hace años, montó en el mismo barrio el España Cañí, el bar-templo de los amantes de la música en español, especialmente el flamenco pop. El local es un éxito. Una pista: algunos fines de semana hay que hacer cola para entrar. Ahora, Gallego pretende mimar a los fumadores pasivos, a todos aquellos que se tragan el humo ajeno.

"Tuve la idea hace más de 20 años, pero hasta ahora no la he podido llevar a cabo. Siempre he sido fumador pasivo y muy combativo. Lo mío es visceral. Soy de los que se enfadan y creo que no soy el único. Por eso, imagino que el bar será un éxito. Siempre soñé con salir de copas y no regresar a casa oliendo a humo", admite. En el Urban no se ruega no fumar. Ni se pide por favor. Simplemente, se prohibe.