Un avión con 90 personas a bordo se estrelló anoche a 30 kilómetros del aeropuerto Manas de la capital de Kirguistán, Biskek, de donde había despegado poco antes. Del pasaje murieron 70 personas después de que el Boeing 737 se precipitó contra el suelo tras sufrir un fallo mecánico y la posible despresurización de la cabina.

"De las 90 personas que había a bordo solo 20 sobrevivieron y todas ellas fueron hospitalizadas", afirmó el primer ministro de ese país de Asia Central, Igor Chudínov, según la agencia rusa Interfax. Por su parte, el ministro de Emergencias, Kamchibek Tashiyev, explicó que las llamas devoraron totalmente el aparato en las proximidades de la aldea de Dzhangi Dzher.

Una fuente de Aviación Civil desveló: "El avión despegó con normalidad y poco después informó de que tenía un problema técnico y que regresaba al aeropuerto, pero se estrelló". La portavoz oficial informó de que el avión pertenecía a la compañía privada kirguisa Itek-Air y había sido contratado por la empresa iraní Osman. El aparato debía volar hasta la capital de Irán, Teherán.

Otras fuentes agregaron que el capitán de la nave decidió regresar al aeropuerto cuando se percató del "fallo técnico". Sin embargo, aseguran que durante el viraje el avión se desplomó sobre un campo labrado.

El jefe del Gobierno kirguís informó de que en el avión había 7 tripulantes y 83 pasajeros, de los cuales 51 eran extranjeros (Irán, Turquía, Canadá y China).

Chudínov precisó que entre los supervivientes están los siete tripulantes del avión. Al parecer, la catástrofe ocurrió por la despresurización de la nave.