Tras una inacabable madrugada de debates, la cumbre de Copenhague ha logrado sacar adelane el documento acordado por el presidente norteamericano Barak Obama y resto de líderes de las grandes potencias.La testaruda objección de los países del bloque bolivariano, que durante unas horas han tenido en jaque a la comunidad internacional, a punto ha estado de mandar a pique el escaso fruto de la cita que debía haber resuelto el futuro de la tierra.

El texto ha salido adelante gracias una argucia legal. La presidencia ha acordado "tomar nota" del documento, lo que en realidad equivale a aprobarlo sin consenso para que pueda ponerse en marcha de modo inmediato la ayuda financiera económica a los países pobres, 21.000 millones de euros en el trienio 2010-2012.

Noche caótica

El frente bolivariano --Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua--, al que se unió Sudán, se ha empleado a fondo durante más de siete horas de debates para torpedear el acuerdo que criticaron por muy insuficiente y fabricado a sus espaldas.La caótica noche ha acabado cuando el secretariado de la cumbre ha relevado al director del debate, el presidente danésRassmunsen, que ha dado paso al representante de las Bahamas. Nada más ser nombrado ha dado por hecho que la conferencia "tomaba nota" del documento sin dar opción a la respuesta de los bolivarianos.

Antiamericanismo

Varias delegaciones han atribuido el intento de boicoteo al antimericanismo del grupo --el acuerdo fue anunciado por Obama-- y a la instrumentación por parte de China, que se había visto arrastrada a apoyar el documento de consenso pese a ser reticente a varios de sus extremos.

Antes del encendido debate en el que se han enfrascado los delegados, la ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, había admitido que el acuerdo alcanzado no era todo lo ambicioso que España hubiera querido, pero lo defendió como "la única alternativa al absoluto fracaso".