Los análisis de ADN han dejado claro que "es científicamente imposible" que el llamado violador de Tafira (Gran Canaria) cometiera los tres crímenes por los que fue juzgado y condenado el pasado junio a 36 años de cárcel. Ricardo Cazorla, con un grado de minusvalía mental y la capacidad intelectual limitada, será liberado tras pasar dos años y siete meses en prisión tras fallar ayer el Tribunal Supremo su absolución. El juicio que lo llevó a la cárcel se celebró después de que las tres víctimas le identificaran como el agresor, 10 años después de los hechos.