El Mar Menor comienza a tener otra nueva amenaza de superviviencia por la alarmante bajada de salinidad a raíz del último episodio de DANA o gota fría que ha descompensado el índice de sal, la clorofila y el oxígeno, perjudicando su ecosistema. Distintas asociaciones en defensa del Mar Menor y los vecinos de sus municipios urgen soluciones inmediatas para parar esta situación, y hasta el propio Consejero de Agua y Medio Ambiente del Gobierno murciano, Antonio Luengo, ha declarado que «el Mar Menor se está quedando sin tiempo de vida» porque los parámetros físico-químicos han empeorado con cifras alarmantes.

Los males de la laguna proceden de los grandes volúmenes de agua dulce con 1.575 toneladas de nitratos y fosfatos que recibe de vertidos de las ramblas, del acuífero y de las escorrentías con materiales en suspensión y sedimentos a raíz de los episodios de DANA. Todo ello ocasiona que su escudo protector, que es la salinidad, se desintegre. En los últimos seis meses el Mar Menor ha pasado a ser un mar de colores; del marrón a causa del primer episodio de la gota fría, a la estampa multicolor de miles de peces muertos en la orilla de la playa de Villananitos en Lo Pagán, o el verde que ofrece ya en varias zonas por la baba que flota.

Esta baba o moco verde se debe a la proliferación de fitoplacton y algas en superficie multiplicado durante las últimas semanas debido a la situación anticiclónica, junto a las grandes cantidades de abonos disueltos en aguas dulces, procedentes del regadío intensivo del campo de Cartagena, que llegan desde drenajes superficiales y a través del nivel freático subterráneo.

Otro factor preocupante es la disminución de la transparencia, que ha pasado de 4,57 metros de profundidad en abril del año pasado a 1,43 metros estos días. Los niveles de clorofila han aumentado de 0,30 microgramos por litro a 4 en el mismo periodo.

VERANO COMPLICADO / Todo augura a una primavera y verano complicados con la presencia de algas en la superficie del mar y fragmentos de mucílagos de fitoplacton, junto a la caída del nivel de salinidad cifrado en 37,95 gramos por litro, mientras que en 2019 era de 43,47g/l.

Para el Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor sería un «auténtico desastre ecológico y ambiental que la salinidad del Mar Menor pudiera ser menor que la del Mediterráneo, muy perjudicial para el frágil ecosistema de la laguna», porque pasaría de ser la laguna salada más grande de Europa a convertirse en una charca o un lago.

Los niveles actuales de salinidad son equiparables a los del Mediterráneo, e implica que la fauna y flora pueda cambiar completamente de un hábitat salino a otro dulce. Este hecho favorece la llegada de especies invasoras como el parásito Haplosporidium pinnae, para el que la salinidad era una barrera. Otras especies morirían porque no se adaptarían a vivir en ese nivel de sal. La Asociación en Defensa del Mar Menor ha pedido al Gobierno Regional que actúe para aumentar la salinidad y regule el flujo del canal del Estacio.

Esta entrada al Mar Menor desde el Mediterráneo supone un aporte de 2.239 hectómetros cúbicos al año, de flujo medio total, frente a los 40 hectómetros cúbicos anuales que tenía antes del dragado de este canal en el año 1973 para la construcción del puerto deportivo. En ese mismo año, su salinidad era de 52 g/l frente a los 36 g/l del Mar Mediterráneo. El titular autonómico de Agua y Medio Ambiente ha manifestado tras una reunión con el Comité Científico que «los expertos advierten del riesgo de inestabilidad del sistema, porque se estaría dando el paso previo a un episodio de anoxia» (falta de oxígeno en las células).

El Consejero reclama bajar el acuífero y evitar que entre agua por la rambla de El Albujón. Por ello solicita al Ministerio para la Transición Ecológica que lleve a cabo las actuaciones recogidas en el Plan de Vertido Cero, con el fin de disminuir el acuífero y evitar que entre agua al Mar Menor.