"El príncipe ha muerto, viva el príncipe" es la fórmula consagrada que en las próximas horas debería anunciar la sucesión del agonizante soberano de Mónaco, Rainiero III, por su hijo Alberto II. Los monegascos lo dan ya por hecho: "la legitimidad sucesoria" es incontestable. Pero en privado muchos se preguntan ya si Albie, como le llaman familiarmente estará a la altura. Soltero empedernido a los 47 años, el hijo de Grace y Rainiero dicen que habría preferido ser "cineasta" o "educador de niños" pero que ha acabado resignándose y ha aceptado la idea de seguir el "ejemplo" de su padre.

"Perfeccionista y concienzudo como su madre, reservado y trabajador como su padre", es como le definen los portavoces oficiales. Pero en la calle, en un país "donde todo se sabe" muchos le ven todavía como "un niño mimado que sólo piensa en divertirse".

CAROLINA, OMNIPRESENTE Es cierto que en momentos difíciles ha ido asumiendo la dirección de los asuntos corrientes, pero su hermana mayor, Carolina, ha estado más que nunca omnipresente en todos los actos oficiales. El propio Rainiero, ante la falta de descendencia por parte de Alberto modificó la Constitución en el 2002, de manera que fuera el hijo mayor de Carolina, Andrea, el que asumiera el título de príncipe heredero. En aquel momento la decisión hizo correr incluso el rumor de la renuncia al trono de Alberto en favor de Carolina, que asumiría la regencia hasta que su hijo pudiese gobernar.

De hecho, después de la muerte de Grace, Carolina asumió el papel de primera dama y siguiendo el ejemplo de su madre perpetuó ese "toque de glamour " esencial para la imagen internacional del principado. Mientras, Estefanía seguía alimentando la prensa rosa con sus amoríos con guardaespaldas o trapecistas, bodas y separaciones, coleccionando los hijos de diferentes padres. Desde hace meses los servicios de comunicación del principado se esfuerzan por hacer saber lo que los monegascos ya habían constatado: "Alberto es un hombre afable, amable, cariñoso y accesible" confirma la propietaria de una tienda de recuerdos de la plaza de Palacio. El hecho es que a pesar de la etiqueta de play boy que se le colocó rápidamente y los rumores sobre su homosexualidad, Alberto no cedió a la presiones de todos aquellos, comenzando por su padre, que querían casarlo para garantizar la dinastía.

Monarquía hereditaria y constitucional, Mónaco es un "Estado soberano e independiente en el marco de los principios generales del derecho internacional y de las convenciones particulares firmadas con Francia", que ejerce sobre el territorio una especie de tutela. El Gobierno de París es quien nombra hasta ahora al ministro de Estado que ejerce el Gobierno del principado bajo la autoridad del príncipe. Rainiero no cejó nunca en su empeño por obtener una mayor autonomía.

ESTABLE Y SEDADO Unas 400 personas participaron ayer en la catedral de Mónaco en la plegaria por Rainiero y Juan Pablo II pronunciada en la misa de Pascua, que pese a un nuevo parte médico presuntamente menos pesimista, preparaba a los monegascos para a un desenlace fatal. El comunicado de palacio decía: "El estado de salud de su alteza serenísima, el príncipe Rainiero III sigue siendo preocupante" pero "las funciones cardiacas, pulmonar y renal que no cesaban de degradarse se estabilizaron". También precisaba que "está consciente aunque sedado, lo que le permite soportar la asistencia respiratoria absolutamente indispensable".

LA FAMILIA REAL, EN MISA La familia real asistió ayer a la tradicional misa del domingo de Pascua que se celebró en la catedral de Palma de Mallorca. Los Reyes, los príncipes de Asturias, los duques de Lugo y los de Palma, acompañados por sus respectivos hijos, saludaron al obispo de la isla, Jesús Murgui, y asistieron a la misa.