El alcalde de Almoradí (Alicante), Antonio Angel Hurtado, no sabía que le estaban grabando. Había citado en su despacho a Ulises García, dueño de una inmobiliaria, para reprocharle que vendiera casas a "moros y gitanos". El alcalde, del PP, exigió a su interlocutor que frenara las "transacciones o compras con ese tipo de gente".

Mientras la oposición exige su dimisión, el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas, también del PP, calificó la grabación de "ilegal" y lamentó que se diera "cobertura mediática" a una cinta que "puede estar manipulada".

"¿Te gustaría tener un vecino moro o gitano?", preguntó Hurtado a García, a quien informó de su plan de "cerrar todos los locales de moros". En su charla, el alcalde descalificó la política de inmigración de su propio partido: "Al PP le han faltado huevos para poner en el Estrecho una tira de fragatas" y dar un "zambobazo" a cada "patera que pase".

GRABADO

El dueño de la inmobiliaria grabó la conversación porque le resultó "sospechoso" que el alcalde lo citara a él solo, cuando en Almoradí hay 12 negocios como el suyo, y que la cita fuese a última hora de la tarde, "fuera del horario de trabajo".

García explicó que su agencia vendió un piso a la familia de un hombre de etnia gitana que hace un año mató de un tiro a su mujer en Benejúzar, cerca de Almoradí. El edil le increpó por "traer a una familia de ésos tras un escándalo como ése".

El alcalde pidió ayer "disculpas" y matizó que se refería a "delincuentes o gentes de mal vivir", pero que no rechaza a inmigrantes o personas de otras etnias.