El pasado 1 de agosto, Alemania vivió hasta el momento la mayor de las manifestaciones negacionistas de la pandemia: cerca de 20.000 personas marcharon por el centro de Berlín para rechazar las restricciones y medidas higiénicas adoptadas para luchar contra la expansión del coronavirus.

Ese mar de fondo social también es aprovechado ahora para expresar sus posiciones en el espacio público por un movimiento habitualmente poco visible en Alemania: los negacionistas del Holocausto, un colectivo que lo tiene difícil ya que la banalización o la negación de los crímenes nacionalsocialistas están tipificadas como delito en el Código Penal del país y puede acarrear desde multas económicas hasta cinco años de cárcel en el peor de los casos.

No vacunado es el lema que aparece enmarcado en una estrella de David estampada en la camiseta de algunos participantes en las marchas contra las medidas para frenar la pandemia en Alemania. Es la manera sutil que utilizan aquellos que pretenden relativizar o incluso glorificar en público el intento nacionalsocialista de aniquilar al pueblo judío en la década de los años 30 y 40 del siglo pasado. H