Burla, locura, publicidad sin escrúpulos o mentira son algunos de los calificativos que ha recibido el anuncio de que la compañía Clonaid, con sede en Bahamas, ha logrado el nacimiento de una niña supuestamente clonada a partir de una célula de su madre, una norteamericana de 31 años. La directora de Clonaid, Brigitte Boisselier, es militante activa de la secta de Raël, llamada de los raelianos, que adjudica un origen extraterrestre a los humanos.

El doctor Harry Griffin, del Instituto Roslin, de Escocia, creador de la oveja Dolly, calificó ayer de "claramente reprobable" cualquier intento de reproducir a una persona. "Todos los grupos que trabajan en la clonación de vacas, cerdos, ratones o cabras se han enfrentado a un altísimo índice de abortos y mortalidad posnatal", afirmó Griffin.

El director del mismo centro, Ian Wilmut, añadió que todos los animales clonados hasta ahora han sufrido graves malformaciones genéticas y físicas. Dolly, el primer animal clonado del mundo, nació con anomalías cromosómicas que le causan envejecimiento y artritis prematura.

RECHAZO POLITICO

Cualquier intento de clonación humana exigiría varios centenares de intentos frustrados --el éxito con vacas o monos no supera al 2% de procesos-- y, según los científicos, daría lugar a un ser afectado por impredecibles malformaciones genéticas y tumores.

Las reacciones políticas contra la hipotética clonación de Eva --así se llamaría el bebé-- han sido contundentes. El presidente norteamericano George W. Bush ha instado al Congreso a que desarrolle de inmediato leyes federales --de aplicación en todo EEUU-- que penalicen la clonación con fines reproductivos.

También el presidente francés, Jacques Chirac, pidió que todos los países se unan a una propuesta francoalemana, presentada ante la ONU, para que prohíba la clonación humana. El Vaticano condenó ayer esta presunta clonación, que considera fruto de "una mentalidad brutal".