El Gobierno aprobó ayer el Decreto Ley que regula la conducción de agua de excedentes de regadíos del Delta del Ebro desde Tarragona a la localidad barcelonesa de Abrera, y volvió a negar que se trate de un trasvase, lo que el presidente de Murcia, Valcárcel, ha definido como "pirueta de márketing verbal".

Valcárcel dijo que los mismos que negaron el trasvase del Ebro a Murcia, Comunidad Valenciana y Almería, ahora "construyen otro" a Barcelona, que ha considerado "tan justo como el previsto para el Levante".

El vicepresidente primero de la Generalitat valenciana, Vicente Rambla, acusó a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, de haber "mentido e intentado confundir" al negar que el envío de agua a Barcelona sea un trasvase.

En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernández de la Vega defendió que se trata de la "mejor opción" y las más sostenible, ya que no se va a detraer "ni una sola gota más del Ebro" y no va a influir sobre el caudal del río. Es agua de la que ya disponen los regantes del Delta: "No estamos hablando de un trasvase, sino de conducción", que servirá, ha dicho, para "conducir agua ya en circulación".

En este caso, los regantes ceden agua para el consumo humano a Barcelona, que se llevará por una tubería (prolongación del minitrasvase ya existente desde el Ebro hasta Tarragona).