La arquitectura no encuentra fronteras. Un ejemplo es el de la lucense de nacimiento, pero extremeña de corazón y raíces, Carmen Figueiras (Lugo, 1980), arquitecta galardonada con una mención honorífica junto con Marco Tapia (Salamanca, 1974) --su compañero en el estudio--, por el proyecto de ampliación de un museo en la ciudad de Mänttä (Finlandia). Educada a caballo entre el colegio Santa Marina y el instituto Rodríguez Moñino de Badajoz, y formada en la Universidad de Sevilla, se trasladó a Salamanca para trabajar en un estudio de arquitectos. Allí conoció a su actual compañero de trabajo, con quien puso en marcha la empresa.

Junto a él, ha logrado varias distinciones a nivel nacional, pero el último premio conseguido se ha producido a mucha distancia del lugar de origen, en la ciudad de Mänttä, situada a 300 kilómetros al norte de Helsinki. La mención supone estar entre los finalistas de un concurso internacional al que se presentaron casi 600 proyectos, entre ellos más de setenta españoles.

Para elaborar su diseño no necesitaron viajar a conocer el terreno "porque era muy costoso y la organización solo nos pagaba el día de la entrega de premios. Y cuando abrieron el concurso, además, había dos metros de nieve; y ahora, con internet, puedes hacer un análisis del lugar muy detallado", revela Carmen.

Cuando sí que acudieron fue el día que tuvo lugar la ceremonia. Ambos aprovecharon para pasar unos días en el país escandinavo visitando la obra de Alvar Aalto (arquitecto finlandés de reconocido prestigio), y apreciar los trabajos de otros autores fineses, que "elevan sustancialmente la media española", atestigua Carmen. El viaje les sirvió para ver el puerto de Helsinki, donde se presentarán a un concurso el próximo mes.

Lo que más valoraron los jueces fue el programa del proyecto, "muy respetuoso con el paisaje, con el medio ambiente", cuenta Marco; y es que ésa era la principal dificultad: saber ubicar la ampliación del museo en ese idílico entorno.

El salmantino afirma que el tiempo estimado para hacer un proyecto suele ser de entre 15 días y un mes, aunque no acierta a explicar el plazo exacto. Carmen coincide con él, pero añade que en general, se suelen presentar a todos los concursos con este tipo de bases (más abiertos), "sin restricciones de obras construidas o con cierto currículum vitae". A este en concreto decidieron presentarse por el atractivo de las zonas verdes y porque la obra sería edificar un museo, "que siempre te da más libertad de expresar tu arquitectura", explica Marco Tapia.

Como arquitecta aprecia el Palacio de Congresos de Badajoz y las obras de restauración del Casco Antiguo, y como persona, adora los atardeceres del Guadiana.

Viaja asiduamente a Badajoz porque toda su familia reside en esta ciudad, pero mientras, no descuida su trabajo y está a la espera de un resultado de un proyecto en la Costa de la Muerte, en Galicia.