Los productos bio, falsos o auténticos, no se deben confundir con los alimentos funcionales o terapéuticos, una interacción entre alimentos y medicinas con supuestos beneficios para la salud, que ya facturan más de 3.500 millones anuales.

Estos productos y su publicidad a veces ambigua, si no engañosa, serán regulados en breve por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria para evitar posibles fraudes.

Yolanda Quintana, de la confederación de amas de Casa y Usuarios, y Enrique García, de la OCU, vigilarán para que el cambio se produzca correctamente.