En los cinco meses y escasos días que van de año, 32 mujeres han sido asesinadas en España a manos de sus parejas o exparejas. Esta cifra escalofriante suma 10 víctimas más que el año pasado por las mismas fechas y cuatro más que en el 2008. La semana pasada, con cinco mujeres muertas (dos de ellas en la localidad gerundense de Salt, en sendos crímenes sin relación entre sí), fue una de las seis peores semanas desde el 2003, año a partir del cual hay estadísticas fiables de violencia sexista. Y el pasado abril, con nueve asesinadas, fue uno de los más trágicos de los que se tiene noticia.

Al mismo tiempo que los asesinatos de mujeres repuntan gravemente, está cayendo en picado el número de estas que acuden a la Administración en busca de ayuda. Solo cinco de las 32 víctimas mortales de este año (el 15,6%, diez puntos menos que en el 2009 y el porcentaje más bajo desde que en el 2006 las estadísticas empezaron a recoger este dato) habían denunciado a su agresor, y aun así una de las cinco retiró luego la demanda.

UNA VIDA DE PALOS En cuanto a la tipología de los maltratadores, si el año pasado se dispararon las alarmas por el aumento del número de víctimas jóvenes, cuyas parejas repetían los patrones machistas de sus padres, este año la estadística de los asesinatos recuerda que la lacra de la violencia sexista sigue muy arraigada entre las personas de mediana edad. En el Ministerio de Igualdad crece la preocupación por el aumento de casos de víctimas mayores de 41 años, que llevaban conviviendo años con sus verdugos, lo que demuestra que han sufrido los golpes durante lustros, en silencio.

Muchas de esas mujeres han soportado malos tratos durante años, cada vez más crueles, y al final han sido asesinadas cuando han decidido divorciarse. La mitad de las 32 víctimas mortales de este año eran mayores de 41 años, frente al 42% del año pasado. Y dos de cada tres seguían conviviendo con su agresor, una proporción algo más elevada que en el 2009.

La estadística de este año da al traste con las esperanzas despertadas en el pasado, el primero que tuvo una caída considerable de asesinatos después de la puesta en marcha de la ley integral contra la violencia machista.

LAS CAUSAS DEL REBROTE Igualdad achaca el rebrote criminal a un conjunto de factores que pueden haber influido, pero considera muy difícil precisar la causa exacta que lleva a un hombre a segar la vida de su pareja. Entre esos factores, los responsables ministeriales citan el efecto imitación o el efecto paso a la acción . Es el caso del hombre que decide cometer el asesinato al ver otro y que, en ocasiones, incluso intenta copiar el modo de actuar. Este año, en torno al 70% de los asesinatos se han producido en los dos días inmediatamente siguientes a un homicidio anterior. Un estudio de la Universidad de Alicante apunta que las noticias de crímenes sexistas aumentan entre un 32% y 42% las posibilidades de que se cometa un nuevo homicidio.

EL MITO DE LA DENUNCIA FALSA En segundo lugar, y en contraposición con el factor anterior, la evolución positiva registrada el año pasado puede haber causado, según Igualdad, que algunas maltratadas piensen que el problema tiene una solución sencilla y pospongan la petición de ayuda. Otro factor que subraya el ministerio es la polémica generada tras las denuncias de algunos jueces y asociaciones de hombres de que ciertas mujeres presentan falsas denuncias de maltrato contra sus parejas para obtener beneficios en los procesos de separación. Se ha cuestionado tanto el testimonio de las víctimas, afirman fuentes del Ministerio de Igualdad, que estas no acuden a la justicia porque piensan que nadie las creerá.

Las llamadas al teléfono 016 revelan que más de un 40% de las mujeres que recurren a este teléfono de ayuda manifiestan que han vivido más de 10 años con su agresor.