Gustavo Romero, en prisión por la muerte de una pareja de novios de Valdepeñas (Ciudad Real) ocurrida hace 10 años, se ha confesado autor del asesinato de otra joven de la localidad manchega, Rosana Maroto, desaparecida el 25 de junio de 1998. Los restos de la muchacha fueron encontrados ayer en el término municipal de Valdepeñas después de la confesión del homicida.

Fuentes de la investigación relataron que el cadáver de Rosana estaba en el pozo de una casa de campo situada a escasos metros del club de alterne La Rosa, en un camino cercano al kilómetro 190 de la carretera N-4. Las mismas fuentes indicaron que el ADN del detenido coincide con el de los restos de sangre hallados en las pertenencias de la víctima, localizadas tras desaparecer.