Un avión iraní con 59 pasajeros a bordo y seis tripulantes se estrelló ayer en la región de Samirom, en la provincia central de Isfahán. Se trataba de un avión ATR de la compañía Aseman Airlines y supone el segundo accidente de un avión comercial en una semana. El pasado domingo se estrelló un avión civil en Moscú y murieron sus 71 ocupantes.

El avión iraní, de veinte años de antigüedad, cubría la ruta doméstica entre la capital, Teherán, y la ciudad de Yasuy, en el sudoeste del país. El portavoz de Emergencias iraní, Moytaba Jaledí, explicó que el aparato desapareció del radar unos 50 minutos después de haber despegado del aeropuerto de Teherán y se estrelló en una región montañosa. El ATR chocó contra una montaña llamada Dena, de la cordillera Zagros, cerca de la localidad de Samirom, en el sur de la provincia central de Isfahán. Ante la dificultad de llegar pronto por tierra al lugar del accidente, las autoridades enviaron helicópteros, aunque el temporal de lluvia, niebla y viento no les permitió tomar tierra, lo que les impidió comprobar la suerte de los ocupantes.

Todo apunta a que el accidente estuvo causado por la climatología, en concreto por la niebla y el viento registrados en esa región. El portavoz de Emergencia confirmó a la televisión estatal que «aún no han avistado» los restos del avión. Para ayudar en la búsqueda, las autoridades tienen previsto asimismo enviar un avión no tripulado o dron.