Monesterio mantiene una "permanente" atención sobre la explotación minera de Aguas Blancas, en la que se extraen níquel y otros minerales, dado que si bien la balsa de residuos está "controlada", la toxicidad de estos constituye "un peligro potencial" sobre el que hay que estar "vigilante".

Así lo ha expuesto a Europa Press Televisión, el alcalde de este municipio, Antonio Garrote, al indicar que la corporación municipal se mantiene "vigilante" y "solicitando información del estado de la balsa" de residuos, que según informaciones facilitadas por los "gestores" de esta mina a día de hoy "está controlada" y "no hay ningún tipo de problema, aunque potencialmente es un peligro" para la población y el medio ambiente de la comarca, según ha apuntado el regidor.

Además, el responsable municipal de Monesterio ha destacado que en "principio" Aguas Blancas cuenta con "todas las garantías técnicas y medioambientales" que se exigen en las declaraciones de impacto medioambiental, "para que no ocurra ningún accidente" similar al registrado en Hungría, según ha observado.

Al respecto, ha expuesto que la piscina de residuos de esta explotación es "relativamente nueva" por lo que "en teoría debería de estar bastante sólida y en condiciones" para soportar la carga que se deposite en ella, puesto que la balsa ha sido "supervisada y autorizada" por técnicos de la empresa gestora así como por la administración extremeña.

No obstante, Antonio Garrote no ha ocultado su preocupación por el tratamiento de los residuos tóxicos que genera esta mina una vez concluya su explotación. "Al terminarse el tiempo de explotación permanecerá el vertido y tendremos que estar vigilantes y en contacto con diferentes administraciones para que en el futuro no conlleve ningún tipo de peligro", ya que si se produjera un vertido se producirían "daños irreparables como los de Aznalcollar", según ha advertido.

Los vecinos

Por su parte, los vecinos de este municipio han mostrado cierta preocupación por contar con residuos de "tan alta" toxicidad en su término municipal. Así, unos dicen que sienten "preocupación" por correr el mismo riesgo que las poblaciones afectadas por el lodo tóxico el Hungría, mientras que otros han apuntado que "de momento" están "tranquilos".

La mina de Aguas Blancas, gestionada por Río Narcea Recursos S.A, empezó su actividad hace una década y pese a pertenecer al término de Monesterio, está situada a tan sólo tres kilómetros de la localidad sevillana de El Real de la Jara.

Desde este municipio andaluz, algunos de sus residentes han expuesto a Europa Press que desconfían de esta instalación minera y que carecen de información del estado de sus instalaciones.

Uno de estos vecinos, Paco ha indicado que "no dejan entrar" en la mina y que dispone de tan poca información hasta el punto de desconocer "si hay balsa de residuos o no".

Por su parte, su amigo Ramón ha subrayado que la mina de níquel crea "intranquilidad" en la zona, ya que según ha criticado conocen "de sobra" que los residuos que se generan en la misma "no son buenos para la cuenca del Guadalquivir".

Al respecto, este hombre ha explicado que en la rivera de Cala, que atraviesa varios municipios andaluces y extremeños, antes de que abriera Aguas Blancas "había muchos peces y pájaros" mientras que ahora, según se ha quejado "prácticamente no hay nada", criticando de este modo de las consecuencias "negativas" que ha traído para la biodiversidad de estos municipios. "Cuando pase un año se irán y van a dejar una lacra que será peor que lo de Hungría", según ha opinado.

Por su parte, la empresa gestora de este yacimiento minero no ha permitido la entrada a sus instalaciones del equipo de Europa Press Televisión y por el momento no ha querido realizar declaraciones al respecto.