Por segundo día consecutivo en los 25 que dura ya la catástrofe del Prestige , José María Aznar salió a la palestra para atajar las críticas, pero también para insuflar ánimos a su partido. Ante la junta directiva del PP, el jefe del Ejecutivo aseguró ayer que tiene "las riendas" de la situación, aunque advirtió a los populares de que vendrán momentos malos por los escapes de fuel. Aznar dio un espaldarazo a la labor de su vicepresidente Mariano Rajoy.

"Apretar los dientes y coger la pala". Este es el mensaje que Aznar transmitió a la cúpula de su formación tras varias semanas en las que, incluso entre sus propias filas, se ha puesto de manifiesto una falta de reacción para abordar la crisis del petrolero.

ACTUAR COMO UNA PIÑA

Aznar dio las consignas precisas para que los dirigentes del PP que integran la junta directiva marchen a partir de ahora como una piña. "Hay que estar a las duras y a las maduras", les reconvino. Y les advirtió de que aún pueden venir momentos peores con las pérdidas de fuel que está sufriendo el buque y que están a punto de originar una tercera marea.

Ayer, dirigentes del PP, como Rajoy y el secretario general, Javier Arenas, sumaron su voz a la de su líder para atajar el desgaste sufrido por el Gobierno. Pero el que se llevó los mayores honores fue el vicepresidente primero.

APLAUSOS AL VICEPRESIDENTE Tras presentar un informe sobre las medidas tomadas por el Gobierno, Rajoy fue muy aplaudido. Después, abandonó la reunión para viajar a Galicia. En su ausencia, Aznar le agradeció "lo mucho y bien" que está realizando su tarea de coordinación. "Soy testigo de una entrega y calidad de trabajo excepcional", afirmó el presidente respecto de uno de los dirigentes del PP que cuenta en la carrera de la sucesión. La junta directiva respaldó estas alabanzas con diez segundos de ovación.

"Somos gente que trabaja, que escucha a los ciudadanos y que acepta las críticas con humildad", subrayó Aznar, aunque añadió que algunos de los reproches que el Gobierno ha recibido estos días son "excesivos, desmesurados e injustos". Aznar justificó los errores como naturales cuando se toman decisiones.