El 2007 ha sido el año en que la estrategia del Gobierno para frenar la llegada masiva de cayucos y pateras ha empezado a dar frutos. Según cifras oficiales, entre enero y noviembre, llegaron 17.038 personas a bordo de esas embarcaciones. Eso supone un descenso del 55% con respecto a los 37.647 llegados a las costas españolas en el 2006, año en que el viaje a través del Atlántico con destino a Canarias se consolidó como la principal vía de entrada para los subsaharianos. También ha descendido el número de embarcaciones. Si en el 2006 arribaron 1.111 cayucos y pateras, en el 2007 fueron solo 704.

El frenazo a la inmigración clandestina se ha percibido sobre todo en Canarias, la autonomía que más inmigrantes recibe. Allí, el descenso ha sido del 62%, ya que la cifra de extranjeros llegados en cayuco --sobre todo subsaharianos, pero también asiáticos-- ha pasado de 30.415 en el 2006 a 11.565 en el 2007. Mientras, el estrecho de Gibraltar, que pese a ser la ruta tradicional había quedado relegada a un segundo lugar, ha pasado de recibir 7.224 inmigrantes en patera en el 2006 a 5.000 en 2007

VIGILANCIA DE COSTAS Fuentes de la Secretaría de Estado de Inmigración señalaron a este diario que "el descenso se debe al éxito de la cooperación con los países de origen y tránsito, sobre todo, gracias a las patrullas conjuntas con Mauritania y Senegal". "Se ha conseguido armar una buena colaboración con esos países, igual que la que ya existía con Marruecos", dicen.

Dicha cooperación permite que decenas de agentes de la Guardia Civil --acompañados de gendarmes senegaleses, mauritanos o marroquís a bordo-- patrullen por las costas de esos tres países. De hecho, según cifras de Interior, desde abril del 2006, al menos 7.000 inmigrantes que viajaban en cayuco han sido interceptados por esas patrulleras nada más zarpar de las playas senegalesas o mauritanas.

También hay que resaltar el papel que en esa bajada ha tenido la puesta en marcha del dispositivo Frontex, por el que varios países de la Unión Europea envían barcos o aviones de reconocimiento para vigilar esa zona del océano Atlántico.

Según Interior, "las repatriaciones a sus países, sobre todo a Senegal, que nunca antes se habían podido llevar a cabo, han tenido asimismo un gran efecto disuasorio". De hecho, entre enero y agosto del 2007, 16.000 inmigrantes fueron repatriados a a sus países de origen. Cada deportación costó 675 euros y el importe fue de 10,8 millones.

NUEVAS RUTAS Sin embargo, el blindaje que las fuerzas de seguridad han desplegado en las costas canaria y andaluza ha obligado a los inmigrantes a buscar nuevas rutas para alcanzar el territorio europeo. Una inercia que hace que en la cifra de llegadas de este año se detecte una nueva puerta de entrada: el Levante y las Baleares.

El número de inmigrantes arribados durante el 2007 a las costas de Murcia, Valencia y la Baleares fue de 537 personas. Aunque la cifra es muy inferior a las del archipiélago canario, supone un aumento enorme puesto que el año anterior llegaron a esas costas menos de 10 inmigrantes en patera.

Pese al descenso, la travesía ha deparado tragedias como la del 20 de julio, en la que un barco con 136 subsaharianos naufragó a menos de 100 millas de Tenerife y solo fueron rescatados 48.