La actual fase de construcción del edificio que alojará al Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMB), al lado del Hospital del Mar, no ha sido un obstáculo para que uno de sus pilares, el banco de células madre que dirige Anna Veiga, empezase a trabajar. El lunes inició sus investigaciones descongelando seis de los 140 embriones con los que se intentará dirigir el cultivo de grupos (líneas) de células madre de forma que se mantengan puras, iguales a sí mismas y pluripotentes.

"Eso es algo que no se ha conseguido hasta ahora --explicó ayer Juan Carlos Izpisúa, director del CMB--. El fin es que esas células embrionarias, que tienen capacidad para transformarse en cualquiera de los tejidos del cuerpo, conserven ese potencial sin llegar a diferenciarse. Queremos comprender y dirigir el mecanismo que permite cultivar células madre indiferenciadas".

Los embriones empleados proceden del Instituto Dexeus y su uso en investigación ha sido autorizado por los progenitores. Las líneas de células madre que se logren en este trabajo serán puestas a disposición del Instituto de Salud Carlos III, órgano del Ministerio de Sanidad, que ofrecerá el material conseguido al resto de grupos de investigación celular acreditados de España.

LA PROCEDENCIA Controlar el cultivo de las células madre, prosiguió Izpisúa, es fundamental para intentar el cultivo de tejido cardiaco, óseo, sanguíneo, o cualquier otro, con el que reparar las enfermedades que afecten a esos órganos. "Las células madre tienen las propiedades básicas de la célula cancerosa, que se multiplican indefinidamente --añadió Izpisúa--. Entendiendo los mecanismos de esas células entenderíamos los del cáncer".

El primer proyecto con el que Izpisúa trabajará en el CMB --su edificio se inaugurará a lo largo de este año-- tratará de dirigir el proceso que lleva a una célula madre a transformarse en tejido cardiaco. El objetivo último es reparar los órganos afectados por enfermedades cardiovasculares. También estudiará la regeneración espontánea que logran algunos animales tras sufrir amputaciones.

En todos estos estudios el CMB actuará en colaboración con el Instituto Salk, de California (EEUU), donde Izpisúa trabaja desde hace años. El director de dicho instituto, Richard Murphy, se mostró ayer esperanzado en que el centro barcelonés desarrolle un potencial que, dijo, "podría hacer la competencia al Salk en apenas 10 años".

"Barcelona tiene los elementos para hacer investigación de excelencia, por su clima y entorno --afirmó Murphy--. El Gobierno catalán está decidido a que así sea", añadió, tras entrevistarse con los consejeros de Salud y Universidad.

Por otra parte, el presidente de la entidad Médicos Cristianos de Cataluña, Josep María Simón, calificó, en declaraciones a Europa Press, de "error" y de "lamentable" que el Centro de Investigación en Medicina Regenerativa de Barcelona "malgaste" dinero en investigar con células madre embrionarias".