¿Es posible beberse las nubes? Por lo visto sí, al menos en Canarias. Y no, no tiene nada que ver con excentricidades o modas gastronómicas, sino con el descubrimiento de un recurso hídrico que podría ser de gran ayuda en situaciones de escasez o mala calidad del agua existente. Este innovador método de extracción, que dio sus primeros pasos en Chile hace 50 años, consiste en atrapar las nubes a través de un sistema de captadores verticales que filtran y depuran el agua, convirtiéndola en apta para el consumo humano y agrícola.

La iniciativa es obra de dos emprendedores canarios, Theo Hernando Olmo y el arquitecto Ricardo Gil, que decidieron comenzar a trabajar en este sistema de recogida acuífera en el Huerto Hídrico Alisios, en Santa Cruz de Tenerife. Una zona lo suficientemente seca como para constatar la efectividad del producto.

Los captadores verticales que llevan a cabo el proceso han tomado el nombre de Garoé NP 3.0, y se presentan como un método sostenible que, al no necesitar energía, no altera el ecosistema.

¿CÓMO SE CAPTA LA NIEBLA?

La niebla, que normalmente se da por nubes bajas, se capta mediante la colocación de unas mallas especiales sobre una estructura que no tiene por qué ocupar demasiado espacio. De este modo, se retienen las minúsculas partículas de agua que flotan en el aire.

A pesar de que es ahora cuando comienza a ser más popular, esta técnica surgió hace más de 50 años en Chile, más concretamente en el desierto de Atacama. Entonces los 'atrapanieblas' presentaban algunos inconvenientes como la baja producción o problemas de estabilidad y roturas, y aquí es donde entran Theo Hernando Olmo y Ricardo Gil, que, ayudados por la tecnología avanzada, han intentado solventar todas esas deficiencias.

Los captadores NRP 3.0 poseen una superficie de 56 m2, ocupando el mínimo espacio y reduciendo las infraestructuras necesarias en un 90%, minimizando así el impacto visual. Su estructura tridimensional le otorga estabilidad y evita pérdidas de agua fuera de la instalación.

CALIDAD Y USOS

Como algunos podrían pensar, este producto canario no es agua destilada. De hecho, al formarse las nubes sobre el mar, posee sales minerales como el bicarbonato, el calcio o el sodio.

Las aplicaciones del sistema no se limitan al consumo humano sino que son diversas. Este método sostenible podría tener usos forestales (como el abastecimiento de depósitos o represas, almacenamiento del agua en época de incendios, apoyo hídrico a la reforestación...), agro-ganaderos y, además, podría emplearse en la mejora cualitativa y cuantitativa de los recursos hídricos actuales.

De momento este producto se distribuye mediante venta 'online' o pedido telefónico, y el coste de una botella de medio litro se encuentra en los 2,50 euros.