"Queridos amigos, aprendamos de Jesús a no juzgar y a no condenar al prójimo, a ser intransigentes con el pecado a partir del nuestro, e indulgentes con las personas". Con estas palabras Benedicto XVI terminó ayer su comentario antes del rezo del Angelus de los domingos, un día después que se hiciera pública su pastoral a los católicos de Irlanda sobre los abusos sexuales a menores. El Papa pidió a los fieles que invocasen "el perdón con humildad por los errores cometidos".

La carta a los irlandeses ha sido considerada en el entorno del Vaticano como un gesto inédito y positivo del Papa, aunque algunas opiniones católicas la estiman insuficiente y las víctimas irlandesas, decepcionante. En la pastoral, el Papa anunciaba que varias diócesis de Irlanda serán sometidas a una especie de inspección por parte de un comisario pontificio.

Irlanda no es el único foco del escándalo de pederastia. En un nuevo capítulo en Alemania, el presidente de la Conferencia Episcopal de ese país, el arzobispo Robert Zollitsch, admitió en una entrevista en el semanario Focus que la Iglesia ha ocultado conscientemente y durante años casos de abusos sexuales: "Hace años que cambiamos el rumbo y estamos en el camino contrario", asegura el arzobispo. Zollitsch admite que los abusos son "algo que se ha ocultado durante décadas en toda la sociedad".

El presidente de los obispos asegura que el hecho de se hayan dado tantos casos le "avergüenza", ya que cada uno "ensombrece la imagen de la Iglesia". Zollitsch ha sido acusado de haber encubierto a un cura pederasta en 1991.