Si para Spielberg ha significado todo un reto, del que salió airoso, llevar a la gran pantalla las aventuras de Tintín con El secreto del unicornio, no lo debió ser menos para tres historietistas franceses recorrer en viñetas la vida del creador del famoso reportero del tupé. Fueron los guionistas Jean-Luc Fromental y Jose-Louis Bocquet y el dibujante Stanislas Bartheles quienes en 1999 lanzaron en su país Las aventuras de Hergé, una biografía, no autorizada pero no por ello menos respetuosa, de Georges Remi, Hergé (1907-1983), reeditada en el 2007, en el 90º aniversario de su nacimiento, y que ahora, con motivo de la película, ha vuelto a publicarse ampliada en Francia, una versión que llega por primera vez a España de la mano de Norma Editorial.

Con una edición que evoca el formato y la presentación de los álbumes de Tintín y con un estilo de dibujo de línea clara similar al popularizado por Hergé, esta primera biografía en cómic del dibujante belga es casi un homenaje que respira su espíritu a lo largo de 72 páginas. Un homenaje que sin embargo no elude los episodios más polémicos y cuestionados de su vida ni interioridades que muestran al hombre y sus debilidades y no solo al dibujante.

Así, viñeta a viñeta, Bocquet (autor de Kiki de Montparnasse), Fromental y Bartheles, abordan por ejemplo su relación adúltera con la joven colorista Fanny Vlamynck, por la que un Hergé ya en la cincuentena se separó de su esposa, Germaine. Fanny se convirtió en su mujer y hoy controla con mano férrea, desde la Fundación Hergé, el legado del artista. También aparecen secretos familiares, como el hecho de que el dibujante nunca supo quién era su abuelo, probablemente un aristócrata: su abuela nunca reveló quién era el padre de sus dos hijos gemelos, uno de ellos, futuro padre de Hergé. Ella, Marie Dewingne, quedó embarazada cuando era ayuda de cámara en la mansión de la condesa Dudzelle, que los crió como si fuesen sus propios hijos.

No olvida tampoco la biografía las críticas por el anticomunismo que destiló Hergé en su primer álbum, Tintín en el país de los soviets, historia tutelada por Norbert Wallez, el cura ultraconservador que dirigía la revista Le XXe Siècle y su suplemento infantil, Le Petit Vingtième, donde el reportero y su inseparable fox terrier dieron sus primeros pasos; las de racismo por el tinte colonialista de la segunda aventura, Tintín en el Congo; o las acusaciones de colaboracionismo durante la ocupación nazi de Bélgica en la segunda guerra mundial, por haber seguido publicando a Tintín en Le soir, medio afín a Hitler, y por las que Hergé pisó la cárcel y tuvo que resignarse a no publicar durante un tiempo.

Pero entre las sombras hay también luces, como la fuerte amistad que le unió a Chang Chong-Jen, al que inmortalizó en El loto azul y en Tintín en el Tíbet, y al que logró localizar y sacar de China después de que este fuera víctima de la Revolución Cultural. O curiosidades, como que fue el lenguaje grosero de su hermano pequeño, Paul, cultivado durante su carrera militar, quien le inspiró las lindezas que suelta el Capitán Haddock; las experiencias juveniles en los Boy Scouts, en cuyo look pudieron tener su origen los característiccos bombachos de Tintín; su encuentro con Andy Warhol, el maestro del pop art, quien reconoció la influencia de Hergé en su obra, o su frustración por no lograr despuntar como pintor.

La editorial Juventud, que tiene los derechos de publicación de las aventuras de Tintín en España, tampoco ha sido ajena a la fiebre tintinófila que ha generado el filme de Spielberg. Junto a varios libritos con imágenes de la película y un álbum que reúne en un formato algo más pequeño las dos historias originales de las que bebe (El secreto del unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo), ha recuperado dentro de la serie clásica la prometedora aventura que Hergé dejó sin terminar antes de su muerte: Tintín y el arte-Alfa, que estaba destinada a ser la aventura número 24. La novedad del álbum, con nueva presentación y una maquetación que realza los esbozos más acabados, son unos apéndices finales con documentos hallados recientemente que apuntan a otro final para la historia. ¿Sobrevive Tintín?