El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono (PSOE), utilizó ayer un tono más crítico que el del pasado jueves. Durante el funeral de una de las víctimas del suceso, el dirigente socialista explicó que "aunque las industrias comportan riesgos, éstos nunca deben ser de muerte". Bono también anunció que se dirigirá a la dirección de Repsol para explicar "que las medidas de seguridad no pueden detenerse".

Sin embargo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, explicó que Repsol destinó el año pasado 180 millones de euros (unos 30.000 millones de pesetas) a seguridad.