Apesar de los avances y los buenos resultados de las primeras pruebas realizadas con el sistema de contención ideado para sellar la fuga de crudo, British Petroleum (BP) siempre advirtió de que sería prematuro cantar victoria. Ahora las peores pesadillas de BP se han hecho realidad en forma de nuevas filtraciones de hidrocarburos cerca del pozo averiado en aguas de la costa del golfo de México.

De momento, no se ha confirmado la procedencia de las nuevas filtraciones detectadas e incluso el director de operaciones de BP, Doug Suttles, no descarta que su origen no sea el pozo Macondo, pero desde la Casa Blanca se han apresurado a exigir a la petrolera informes actualizados cada cuatro horas y que preparen un plan de respuesta en caso de que haya que reabrir la campana de contención.

El máximo responsable de coordinar la respuesta ante el vertido autorizó ayer a los operarios de BP a mantener otras 24 horas las pruebas de integridad del nuevo mecanismo después de quedar resueltas una "serie de preguntas sin respuesta" tras detectarse nuevas filtraciones y burbujas de metano en el lecho marino, a menos de tres kilómetros del pozo.

AVISO DE LAS NOVEDADES "Pero solo podrán seguir adelante si cumplen sus obligaciones y avisan de cualquier novedad que pueda poner en peligro la operación", afirmó el almirante Thad Allen, quien advirtió de que en cualquier momento darán marchas atrás al actual sistema de contención, que ya ha permitido recoger unos 827.000 barriles de crudo, y esperarán a la construcción del pozo alternativo.

Desde BP insistían ayer en que la integridad del sistema no se encuentra en peligro y que seguirán trabajando bajo la "dirección y aprobación" del Gobierno, justo cuando este martes se cumplen tres meses del accidente en la plataforma Deepwater Horizon, que dejó 11 trabajadores muertos y provocó el mayor desastre medioambiental de la historia de EEUU.

Este fin de semana el almirante Allen reconoció que los resultados de las pruebas de integridad no eran positivos porque los niveles de presión eran más bajos de lo previsto, lo cual técnicamente puede deberse a la aparición de fugas o a que las existencias de crudo estén cayendo.

Las últimas novedades no sentaron muy bien bien a los inversores y las acciones de BP caían ayer más de un 4% en la City y Wall Street. Tampoco ayudó saber que el coste de las tareas de limpieza supera ya los 3.000 millones de euros y que BP ya ha pagado 150 millones de euros a 67.500 afectados.