Tener un coche como éste debe ser como salir con George Clooney si eres chica o Angelina Jolie si eres un chico. Todo el mundo quiere hacerse fotos con tu pareja . Similar sensación debe sentir a menudo Angel Sánchez, un madrileño de 28 años afincado en Cáceres que compite con un impresionante Ferrari F430 en el Mundial de GT.

Hay que verlo. Hay que oír 490 caballos, 8 cilindros en V y 4.300 centímetros cúbicos funcionando a tope. Los fanáticos del motor corren peligro de infartar cuando ven deslizarse a un bólido --rojo, cómo no-- que pasa de cero a cien en tres segundos y medio. Deben pensar que del tubo de escape sale una sinfonía celestial.

El coche está ligeramente modificado para poder competir en el Campeonato del Mundo, que consta de seis pruebas en distintos circuitos europeos, incluyendo el de Cheste en la Comunidad Valenciana. Será el cierre a una temporada llena de velocidad y también glamour .

Sánchez decidió vivir en Cáceres porque le da "calidad de vida", porque, según él, se "enamoró" de la ciudad. Sin embargo, el precio --es de suponer que también lo pagaría en Madrid-- es que cada vez que sale con su vehículo es imposible que pase inadvertido. "Está siendo una locura", afirma mientras dos chicos fotografían con sus móviles el Ferrari. El que saca es el de paseo y la escudería tiene otro casi idéntico que es el que se utiliza en la competición. Están valorados en 220.000 euros, una cifra que supera los 40 millones de pesetas. Como para no darle el euro al gorrilla de turno...

Alguien que se atreve con algo así es que tuvo que nacer en un circuito. Angel Sánchez ya conducía karts a los tres años y nunca le ha tentado la Fórmula-1. "Es con los grandes turismos como éste con los que la adrenalina puede desatarse del todo", cuenta. Esa tentación tiene que evitarla cuando va por ciudad o en carretera. La multa puede ser de escándalo si se te va un poco el pie en el acelerador.

En el Mundial de GT compiten unos 40 coches. Cada carrera tiene dos mangas, con relevos y tácticas. Angel Sánchez forma equipo con un especialista holandés --40 personas están pendientes de todo por cada escudería en los boxes -- y los resultados hasta el momento están resultado positivos. "Lo que nos gustaría es promocionar la candidatura de Cáceres 2016 y también a Extremadura. Me he enamorado de esta tierra y el campeonato en el que estoy puede ser una buena forma de hacerlo", aventura.

El Ferrari de marras no sólo corre que se las pela de una forma casi obscena --alcanza los 320 kilómetros por hora--, sino que también posee un equipo de música que vale casi más que el propio coche. Prodigy o Vivaldi. Da igual. "Lo malo es que no hay demasiado espacio para meter cosas atrás", ironiza el piloto. No importa. Con ese bólido debe ligarse mucho.