La alerta sanitaria causada en Europa por la contaminación de pepinos de origen español con la bacteria Escherichia coli no afecta de momento a la demanda de productos agrícolas extremeños desde países como Alemania y Dinamarca, donde se han localizado las partidas infectadas. Las centrales hortofrutícolas y las agrupaciones de productores de la región no han sufrido cancelaciones en sus pedidos, aunque temen que termine perjudicando a sus exportaciones si no se esclarece rápidamente cuál ha sido el foco de esa contaminación.

El sector hortofrutícola más activo en Extremadura en este momento es el de la cereza. El presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, Angel Prieto, asegura que la línea de comercialización hacia el extranjero se mantiene con normalidad y que ningún cliente le ha transmitido preocupación por lo ocurrido con los pepinos. "Las garantías sanitarias de nuestro producto son absolutas. Las condiciones de certificación son muy, muy exigentes", explica. Solo el año pasado salieron desde la región 1.500 toneladas de esta fruta con destino a Alemania, según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio Exterior.

Tampoco en el ámbito de la fruta de hueso han percibido problemas con sus clientes centroeuropeos. Lo confirma Juan Francisco Blanco, director gerente de Acopaex, una de las principales cooperativas hortofrutícolas de la región. "La alarma saltó el jueves y los pedidos de esta semana estaban realizados con anterioridad. Tenemos que esperar unos días más para ver si esto nos afecta de algún modo", explicaba ayer. La producción anual de ciruela, melocotón y nectarina de esta asociación de cooperativas supera las 2.500 toneladas --en cada tipo de producto--. Solo en 2010, Extremadura exportó 10.800 toneladas de melocotones y 1.200 de ciruela a Alemania y Dinamarca, con un valor de mercado que superó los 16,7 millones de euros.

"Nos podemos temer lo peor. Es decir, que termine repercutiendo si las autoridades europeas no aclaran rápidamente cuál ha sido el origen de esa contaminación", avisa José Cruz, secretario de Agricultura de la organización agraria UPA-UCE. A su despacho han llegado noticias de que las ventas de productos de Murcia y Andalucía occidental han comenzado a notar el miedo de los clientes extranjeros a que la contaminación bacteriana se haya producido en España. "Pero aquí en Extremadura, no", observa. Tanto Cruz como Prieto y Blanco creen que el origen de la bacteria está fuera del país. "Con los controles que existen aquí es imposible que el producto salga de España contaminado", subraya el dirigente agrario.