LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO ZARAGOZA, 11 DE NOVIEMBRE DE 1948

CARGOS PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DE LA ABOGACIA ESPAÑOLA Y DE LA UNION PROFESIONAL

ESTADO CIVIL CASADO CON UNA PINTORA, CON LA QUE TIENE TRES HIJAS

AFICIONES IR A CAZAR Y PESCAR Y DISFRUTAR DEL CIERZO

Carlos Carnicer pasa por ser el primer presidente de los abogados españoles que no es ni de Madrid ni de Barcelona. Quizás por ello, y también por sus orígenes maños, se siente más libre e independiente a la hora de transmitir sus opiniones sobre el atribulado mundo de la justicia. A 10 días del anunciado paro de la judicatura, fustiga sin piedad a algunos jueces que no se merecen llevar tal título.

--Parece que el mundo de la justicia anda revuelto con la convocatoria de lo que sería la primera huelga de jueces en España. Ustedes, los abogados, ¿desde qué prisma lo ven?

--El estado de la justicia ha sido desde los albores de la democracia calamitoso, como hemos venido denunciando los abogados. Yo mismo me he agotado diciendo que la justicia no tenía solución porque los políticos se habían dado cuenta de que ni daba ni quitaba votos. El gran problema es que se considera que es una cosa exclusiva de los jueces, y por eso todas las reformas que se han hecho han pasado por el tamiz de lo que han querido ellos y su Consejo General del Poder Judicial. Hace falta una regeneración de la justicia.

--¿Y cuáles serían los principales ejes de esa regeneración?

--Pues abordar problemas como la existencia de normas muy antiguas, procedimientos del siglo XIX... Ya son muchos los que dicen lo que nosotros decíamos cuando se estaban realizando las primeras transferencias de justicia: No concebimos un sistema en el que cada estamento funcionarial depende de una administración diferente, como el CGPJ los jueces, el Ministerio de Justicia fiscales y secretarios y las autonomías el resto de funcionarios. Creo que no habría ningún empresario que se atreviese a desarrollar su actividad con esa configuración.

--¿Hay más motivaciones corporativistas que profesionales en el pulso que mantienen los jueces con el Gobierno?

--Yo no tengo constancia de cuáles son sus verdaderas intenciones. Para empezar, no se puede hablar de jueces en general. Hay dos sectores bien diferenciados que se arrogan algún tipo de representación para anunciar una huelga: el encabezado por algunos jueces decanos y el de las asociaciones judiciales. Yo creo que los jueces españoles son corporativistas y que, además, su órgano de gobierno el CGPJ ha fomentado el corporativismo. Bueno, salvo el actual, que acaba de entrar.

--¿Ese corporativismo ha podido ser el detonante de la tensión surgida por las críticas del Gobierno a la leve sanción impuesta al juez Rafael Tirado por el caso Mari Luz?

--Desde el ámbito familiar de ese juez se ha fomentado la huelga y el propio Tirado ha hecho llamamientos a la misma en la intranet de los magistrados. Esto son manifestaciones corporativistas. El corporativismo puede ser bueno o malo. Si se utiliza para potenciar los beneficios que un cuerpo profesional puede aportar a la sociedad, es positivo. Pero si solo se emplea como fórmula de presión para conseguir intereses particulares a costa de los generales, es negativo. No cabe ninguna duda de que los jueces son corporativistas, como lo somos también los abogados. Pero en su caso, entreveo cierto corporativismo en sus reivindicaciones, que no son las que harían los abogados o los ciudadanos.

--Usted ha llegado a decir en un comunicado que los jueces sufren "notables carencias de autocrítica, transparencia y espíritu de colaboración con todos los agentes" que intervienen en la justicia.

--Sí, lo he escrito y lo razono. Yo conozco muy poca autocrítica por su parte. Dentro de la abogacía, existe la sensación de que cuando se denuncian actividades irregulares de los jueces, el consejo CGPJ siempre les abriga y les protege. Se escuda en que no puede entrar en sus resoluciones jurisdiccionales, sino solo en lo que afecta a la potestad gubernativa y disciplinaria. No estamos de acuerdo. De hecho, esta casa denuncia muy pocas veces ante el consejo porque nos da la sensación de que se hace verdadero corporativismo protegiendo en exceso a los jueces. También les falta transparencia, porque se quejan de que hay un gran número de asuntos en sus juzgados cuando, en muchas ocasiones, se incoan 30 expedientes que luego se acumulan en uno solo.

--¿Pueden hacer huelga los jueces?

--Lo importante no es si tienen o no derecho, sino si es conveniente o no. Nosotros la creemos improcedente y aportamos razones jurídicas. El Supremo ha establecido que en caso de conflicto entre el derecho constitucional a la tutela judicial efectiva y el derecho de huelga, debe ceder este siempre. Además, el juez no es un funcionario, sino un poder del Estado. Está claro que, si hacen huelga, crearían un vacío de poder.

--¿No es un contrasentido que usted rechace el paro de los jueces mientras los abogados de oficio de Madrid amenazan con una huelga si el Gobierno regional no les paga?

--No lo es. Si se plantea la posibilidad de que pueda haber una huelga de jueces, con mayor razón podría haberla de abogados de oficio. Siempre que se ha producido un anuncio de paro de letrados de oficio ha habido una junta de gobierno que, en situación extraordinaria, ha cubierto la defensa de los ciudadanos. Estos nunca se han quedado sin asistencia jurídica porque han funcionado los servicios mínimos. En el caso de los jueces, es más difícil que se fijen unos servicios mínimos muy amplios. No veo cómo. Además, los que pusiera el Gobierno serían revisables por los propios jueces, al poder ser recurridos ante los tribunales.

--¿No serían necesarias medidas como prolongar los horarios o abrir los juzgados por las tardes para superar el atasco judicial?

--Una de las cuestiones que no se entienden bien es que por las tardes los juzgados y tribunales españoles estén cerrados, a diferencia de lo que pasa en Francia y en otros países de Europa. En cuanto a lo primero, el juez es independiente y es el que establece sus horarios de trabajo. De todos modos, sería deseable que se visualizara en el juzgado el trabajo del juez, porque conozco muchos magistrados que se llevan trabajo a casa, aunque eso es una mera manifestación. Lo que ven los ciudadanos es que los jueces están por la mañana a las ocho --pocos-- o a las nueve --algunos más-- y se van a las dos, dos y media o a las tres si hay juicio.

--¿Están tan desbordados los juzgados como para que se expliquen casos como el de la libertad del presunto asesino de Mari Luz?

--El caso del juez Tirado revela una falta de priorización de las ejecuciones. No es lo mismo que alguien salga o entre en la cárcel que una entrega del carnet o el pago de una multa. Aparte, tendrían que explicarnos por qué unos juzgados van al día y otros con la misma carga de trabajo no van al día.

--Fíjese cómo estarán las cosas que algunos jueces te cuentan en voz baja que les asalta la tentación de ralentizar el ritmo de las sentencias para evitar que se les acumulen aún más en ejecución...

--¡Pero eso no se puede hacer! Repito que no podemos hablar de los jueces en general. ¿Han hablado alguna vez de los jueces perturbados? ¿De por qué este juzgado es competente y el otro no? ¿Por qué no se nos pregunta a los abogados qué opinamos de cada juez a efectos de nombramientos o ascensos? Hay comportamientos que son impropios de un juez.

--Usted es el primer presidente del consejo que no es ni de Barcelona ni de Madrid. ¿Esta circunstancia le ha supuesto algún problema o ventaja?

--Yo no he tenido ningún inconveniente por el hecho de no ser de Madrid o Barcelona, y menos con el AVE se ríe.