El lunes llegó ese triste momento tan temido por todos.

Han sido dos años durísimos aunque de vez en cuando apareciera un rayo de esperanza.

Durante todo este tiempo y hasta el final has sido el mismo luchador de siempre, incansable y sin tregua. Esta vez, José M., has tenido un contrincante muy peligroso que no ha jugado limpio y al que no has podido ganar la batalla.

Vamos a echarte mucho de menos. El colegio Franciso Pizarro ha perdido un profesional excelente. Tu convicción constante hacia todo lo relacionado con la integración en el centro te ha dado satisfacciones y disgustos y aunque aquí dejas un hueco vacío puedes estar seguro que nosotros seguiremos con esa misma idea de trabajo.

Amigo de tus amigos, has compartido nuestros problemas aunque los tuyos casi siempre eran solamente para ti.

Ahora ya estás donde tú has elegido y tendrás libertad, ésa que tú defendías siempre y que es tan difícil lograr, sobre todo cuando se trata de conseguir ser libre consigo mismo.

A pesar de que estas líneas podrían haber sido motivo de una discusión entre nosotros, espero que me comprendas como siempre.

Nunca te olvidaremos, compañero. Descansa en paz, amigo.

Benita Junco Panadero