Cuando llega la primavera Japón y la comarca extremeña del Jerte comparten una misma pasión: la flor del cerezo, la sakura , como la denominan los japoneses. Mientras que a finales de marzo y principios de abril en Extremadura se prepara la Fiesta del Cerezo en Flor, los habitantes del país oriental esperan en las mismas fechas que los cerezos florezcan para celebrar su festival de Hanami , cuya traducción literal es "ver flores".

Aunque no es la flor oficial del país, la sakura es la más significativa, hasta el punto de que el festival del cerezo en flor es uno de los más esperados por los japoneses, que junto a familiares y amigos se reúnen en los parques para celebrar comidas campestres a la sombra de estos árboles mientras observan sus flores.

Los japoneses, que acuden en masa a los parques durante el Hanami , aseguran que el objetivo de esta tradición es apreciar la belleza de las flores, deteniéndose en todos sus detalles.

Al igual que la primavera, el festival está vivo, ya que los cerezos florecen desde el norte al sur de Japón de una forma acorde a los distintos climas existentes en las diversas regiones. Así, los primeros cerezos en mostrar su flor son los de la región más meridional, concretamente los de las islas de Okinawa, mientras que los últimos son los de la isla de Hokkaido, que es la zona más septentrional.

De esta forma, los japoneses esperan impacientes el sakurazensen , que es el pronóstico de florecimiento que cada año es anunciado por la oficina de meteorología nipona, a fin de conocer las previsiones para su zona. En cuanto los días empiezan a ser más tibios los cerezos inundan los campos y parques de Japón de millones de flores que adquieren un tono rosado.

Es entonces el momento de acudir a contemplar estos árboles, a comer y compartir alimentos bajo su sombra en un festival que no sólo se celebra durante el día, ya que la noche permite disfrutar de matices de la flor que no pueden apreciarse de otra forma. Es lo que los japoneses denominan yozakura , cuya traducción es "cerezos de noche".

Esta pasión de los japoneses por el cerezo, al igual que la mostrada por los vecinos del Valle del Jerte, originó que esta zona de Extremadura tuviera una especial presencia en el primer largometraje de animación japonesa (anime ) realizado en España y Europa y que se proyectó el pasado año en Aichi entre los actos de clausura de la Expo.

Los animadores escogieron el Valle del Jerte por su similitud con Japón, dando una especial importancia a la flor del cerezo. Pero no sólo aparecía el Jerte y sus cerezos, el largometraje también hacía un guiño a la comarca de La Vera, ya que el Monasterio de Yuste era uno de los escenarios en los que se desarrollaba parte de la historia.