Dos decenas de científicos españoles revolucionaron por unas horas el apaciguado flujo informativo en torno al covid 19 de principios de agosto reclamando una evaluación independiente de la gestión por parte del Gobierno central y los ejecutivos autonómicos en busca de una explicación de la elevada mortalidad. La idea era proteger al país para otra pandemia pero, pasado el revuelo, se hizo el silencio. Ahora retoman su petición con una segunda misiva en la prestigiosa publicación 'The Lancet Public Health' y le ponen fecha: ya. Eso sí, saben que solo si está despolitizada y tiene un gran apoyo social puede funcionar.

"Nos merecemos que algo que puede ser útil no se convierta en un arma arrojadiza", apunta a EL PERIÓDICO Alberto García-Basteiro. Es uno de los impulsores y apunta que las dos grandes bazas para que esto no ocurra son que debe tener "una mirada al futuro, para otras olas o epidemias" y que, según apunta la propia carta, el enfoque debe "evitar la acusación y centrarse en dar recomendaciones que puedan mejorar la situación sin añadir culpa". Asegura que creen que es "factible", aunque al rato admite que pueden pecar "de optimistas".

Debe ser ahora

Lo que tienen claro es que no puede esperar. "Es urgente para guiar la política de salud pública y contribuir a superar la pandemia", apremia la misiva. "Debe comenzar de inmediato", insiste. La razón para no esperar es clara. "Cuanto antes la hagamos antes podremos poner soluciones. Seguro que los cambios estructurales no se pueden hacer en meses pero hay otros que sí", apunta este científico.

García-Basteiro no ve problema en que se haga en medio de esta segunda ola ni aunque, como recoge la carta, otra vez España tenga "algunos de los peores datos de Europa". "No nos podemos excusar en que siempre estamos muy ocupados, pero esto no lo tiene que hacer Salvador Illa o Fernando Simón, es compatible seguir con la gestión", señala. Y apunta que la OMS se ha comprometido a evaluarse, lo mismo que países como Suecia. El estado australiano de Victoria ya lo ha hecho. "Seguro que todos ellos también están ocupados", desliza.

Las sugerencias

Insiste García-Basteiro en que lo que hacen son sugerencias para que la auditoría funcione y poder "identificar las fragilidades del sistema nacional de salud, del modelo de gestión o de comunicación ente los actores".

La principal es que se haga de manera inmediata y la segunda que no se politice, pero hay más. "El tercer requerimiento es un firme compromiso del Gobierno central y de los gobiernos autonómicos para escuchar las recomendaciones que sean propuestas en la evaluación y actuar en consecuencia", reclama la carta. Aceptar el resultado y actuar en consecuencia.

Para que esto sea factible insisten en la imprescindible "independencia de los miembros del comité de evaluación" pero incluso también de quienes los escojan. "Quienes seleccionen a los miembros del equipo evaluador y los propios miembros de los equipos deben ser independientes de los gobiernos, no haber trabajado en el Gobierno y no tener competencia de intereses", resumen.

Miras amplias

La nacionalidad no debe ser un obstáculo y debe haber equilibrio de género pero también amplitud disciplinar. "La evaluación debe tener unas miras amplias analizando la salud, la economía y los efectos sociales con aportaciones de los gobiernos centrales y autonómicos, dados los altos niveles de descentralización de competencias", recuerdan. Que se evalúe a todos debería ayudar a que todos acepten ser auditados.