Despiste o avería. Un experimentado conductor de autocar metió ayer su vehículo en la mediana de la autopista A-2 y, sin frenar, embistió el pilar de un puente de las obras del AVE a la altura de Pina de Ebro (Zaragoza). El siniestro, que investiga la Guardia Civil para aclarar si se debió a un fallo humano o mecánico, causó la muerte de cinco pasajeros y heridas a otros 33, la mayoría de gravedad. El vehículo, de la empresa Aratesa, cubría la línea regular entre Madrid y Barcelona, ciudad hacia la que se dirigía.

Eran las 2.30 de la madrugada. El autocar, un Mercedes matriculado en septiembre del 2001, se salió de la calzada por el lado izquierdo en el kilómetro 37,5 de la A-2, invadió la mediana de tierra por la que circuló durante 300 metros hasta chocar contra el pilar de hormigón en un tramo recto y con buena visibilidad. Justo antes, los dos carriles se estrechan por obras señalizadas.

RIGIDO COMO UN MUÑECO

"Cuando el autobús se fue hacia la izquierda todo el mundo empezó a chillar y a gritar. Hasta mi novia golpeó el respaldo del conductor, pero él estaba rígido, como un muñeco", afirmó ayer David Rodríguez Lara, de 24 años, que viajaba con su novia, Gemma Gómez Acerrada, de 21, detrás del chófer. Este, Martín Raja Vicent, de 43 años, es un conductor acostumbrado a conducir entre Zaragoza y Barcelona.

Rodríguez y el chófer salieron despedidos tras el impacto. "El cayó cerca de mí. Le pregunté qué había hecho. Me contestó que se le había bloqueado, supongo que se refería al volante o la dirección", añadió Rodríguez.

El chófer, que sufrió heridas en la clavícula y una contusión pulmonar con pronóstico menos grave, explicó a un directivo de su empresa, ya en el hospital, que "se le fue el coche hacia la izquierda y que no lo pudo controlar". El gerente de Aratesa en Zaragoza, Leoncio Fernández, añadió que había hecho el relevo tras descansar hora y media después de haber venido de Barcelona. Antes de subirse en el segundo vehículo cenó un filete, agua y un café, según su empresa. Apenas condujo unos minutos hasta chocar. El impacto afectó sobre todo a la parte derecha. Los asientos desaparecieron como cortadas por una sierra y el chasis quedó retorcido, atrapando a viajeros. Los conductos del combustible se rompieron y varios pasajeros salieron despedidos.