La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a tres años de cárcel a un profesor y entrenador de voleibol de un colegio de Las Palmas de Gran Canaria que abusó de una jugadora de 14 años, a la que contagió un herpes severo al practicarle sexo oral.

Además de fijar en 15.000 euros la indemnización que el sentenciado debe pagar a la menor por daños morales, el tribunal ha absuelto al colegio en el que trabajaba el profesor como responsable civil subsidiario al considerar que los hechos ocurrieron al margen de la función docente del maestro, fuera del recinto y durante las vacaciones de verano.

La sentencia relata que en el año 2005 José Ramón B.M., de 35 años, era profesor del colegio y, como actividad complementaria, pero no retribuida, ejercía como coordinador de los equipos masculinos y femeninos de voleibol del colegio, y coentrenador de las chicas de entre 13 y 15 años.

Así conoció a la menor de 14 años, que era una de las jugadoras más destacadas del equipo y con la que inició una relación de amistad "que poco a poco fue consolidándose y estrechándose", debido a los "múltiples encuentros" entre el adulto y la muchacha a causa de la actividad deportiva.

Durante los meses de julio y agosto de ese año, la relación de amistad "derivó en otra más íntima" debido a "la especial atención que el entrenador llegó a dispensar a su discípula deportiva", a la que hizo confidencias de su vida privada, mandó mensajes de móvil y le escribió un texto manuscrito en el que "abiertamente hacía alusión al cariño que le profesaba", refiere la sentencia.

Los hechos se desencadenaron con motivo de unas jornadas estivales de voleibol que se llevaban a cabo en un recinto deportivo fuera de la sede y del control del colegio.

Durante esos días, y aprovechando que habitualmente llevaba a la menor en su coche, un Renault coupé, el entrenador la condujo en varias ocasiones al parking de un centro comercial, donde satisfizo "sus deseos libidinosos" al acceder ella a mantener "relaciones sexuales consistentes en tocamientos y contactos buco-genitales de él hacia ella".

Hasta entonces, la menor no había mantenido relaciones de ese tipo con ninguna otra persona, subraya la sentencia. A causa de dichas prácticas, el entrenador contagió a la menor el virus del herpes simplex tipo I que padece, concretamente en la zona genital de la jugadora, lo que le produjo lesiones ulcerosas debido a una manifestación "muy severa" de la infección.