La Audiencia de Barcelona ha condenado a un mosso a seis meses de cárcel y de inhabilitación por un delito de lesiones, por dar una paliza el 11 de junio del 2010 a un vecino del barrio del Raval que presuntamente estaba traficando con drogas.

Según la sentencia, el agente Juan Luis I. actuó con "el propósito de menoscabo físico" al golpear a la víctima una vez fue reducida, esposada en el suelo y rodeada por otros agentes de la policía catalana, pero no se puede condenar al otro agente también acusado en el juicio, Óscar R., ya que no hay pruebas que determinen que se sumó a la agresión.

Los dos agentes, que ese día hacían funciones de vigilancia y prevención en el Raval, detuvieron a Abdellatif C. al presenciar un posible pase de drogas, tras lo que el hombre se puso muy violento "llegando a morder a uno de los agentes en el hombro".

Cuando llegaron cinco mossos más, lo redujeron al suelo y esposaron, momento en el que Juan Luis I. "aprovechó para golpearlo en varias ocasiones en la zona de la cabeza", lo que le produjo heridas incisas en la cabeza.

En el juicio que se celebró el 9 de octubre, los dos mossos, para los que el fiscal pidió tres años de cárcel, negaron haber pegado a Abdellatif C. y explicaron que solo lo retuvieron e inmovilizaron porque "estaba fuera de sí" y porque estaba intentando dar puñetazos, patadas y mordiscos.

Asimismo, dos vecinos que grabaron la agresión desde su vivienda y que declararon como testigos afirmaron que temieron por la vida de la víctima, ya que los agentes lo golpearon por todo el cuerpo y cabeza, mientras estaba ensangrentado y tendido en el suelo.

Para el alto tribunal catalán, estas declaraciones han sido la prueba determinante para condenar a Juan Luis I., ya que lo describieron tal y como iba vestido, así como las "elocuentes" imágenes que muestran como el agente golpea reiteradamente la cabeza de la víctima.

Respecto a Óscar R., concluye que "no tenemos constancia segura de que este acusado hubiera llevado a cabo acción alguna de golpeo sobre la cabeza o rostro", ya que nadie lo vio y los testigos no fueron capaces de precisarlo.