Más de 120 ponentes forman parte desde hoy y hasta el próximo jueves del III Congreso Internacional de Periodismo de Migraciones y Desarrollo que se celebra en Mérida y que en esta ocasión debido a las restricciones provocadas por la crisis sanitaria del coronavirus, se llevará a cabo íntegramente en formato virtual a través de la aplicación de videoconferencias ‘Zoom’. «Recrear un congreso cuyo principal valor añadido era la presencialidad en un formato digital ha sido todo un reto», indica Lucila Rodríguez-Alarcón, directora de la cita.

Los ponentes provienen de África, Europa, las Américas y el Medio Oriente y participarán a lo largo de casi 100 sesiones, entre mesas redondas, debates, paneles de expertos, grandes ponencias, talleres y presentaciones de proyectos, en 6 salas con capacidad para albergar hasta 1.500 asistentes de forma simultánea, durante 4 días completos y en horario continuado, de 15.00 a 21.00 horas.

Habrá sesiones de Gran Formato, con espacio para 1.000 personas, que acogerá diferentes análisis sobre los desafíos del periodismo de migraciones, con nombres como Ignacio Escolar, María Hinojosa, Martín Caparrós, María Teresa Ronderos, David Jiménez, Lucía Mbomio, María Antonieta Mejía, Marta Nebot o Patrick Kingsley.

Otro espacio es el ‘MigraTalks’, talleres interactivos, debates y charlas de menor formato, con capacidad de 100 personas, y en las que estudiantes de periodismo, tendrán la oportunidad de debatir con los ponentes. Habrá espacio para hablar de la Industria del Control Migratorio o encontrarse con migrantes protagonistas de las noticias, entre otras materias.

I FERIA VIRTUAL DE MIGRACIONES / Y por último, se celebrará la I Feria virtual de las Migraciones, un espacio de debate y reflexión en el que abordar, desde una perspectiva multidisciplinar, externa y complementaria a la narrativa periodística, el fenómeno migratorio en toda su complejidad. En este espacio, participarán expertos en política y derecho internacional, análisis de datos y mercados de trabajo, economistas, antropólogos, psicólogos, sociólogos, ingenieros y especialistas en comunicación y trabajo social, así como investigadores.

El director general de Cooperación de la Junta de Extremadura, Ángel Calle, explica a este diario que desde 2015 la cooperación extremeña se empezó a estructurar de manera más contemporánea. «El Gobierno anterior había deslavazado, bloqueado y disminuido la cooperación a unos niveles de riesgo.

Nos dimos cuenta de que no se podía reconstruir como la dejamos porque el mundo había cambiado de un modo brutal. Precisamente una de las características de la cooperación es que tiene que basarse en una política dinámica, porque lo que cambia Centroamérica en dos años puede hacer que en la mitad de legislatura necesites reactualizar las acciones que ejecutas allí».

En base a ese parámetro se estudiaron los grandes desafíos del planeta a través de un análisis de investigación elaborado por un equipo muy potente que realizó más de 70 entrevistas a 70 organizaciones distintas, a todas las áreas del gobierno regional, incluyendo al presidente, Guillermo Fernández Vara, «para tener una fotografía de cómo se proyectaba la realidad de la región y lo que estaba pasando en el mundo».

TRES GRANDES ÁREAS / Después de eso dividieron la cooperación en tres grandes áreas e identidades. La primera de ellas era el feminismo: «atisbamos ya que iba a ser un avance a nivel mundial, con chavalas jóvenes que se incorporaban al movimiento feminista, y una lucha tranquila por la igualdad que iba a necesitar que la cooperación lo entendiera y cambiara hacia esa tendencia». Calle recuerda un dato escalofriante, y es que el 70% de las personas pobres que habitan en la Tierra son mujeres. «No existe siquiera la paridad en la crueldad de la pobreza».

La segunda de las áreas es sostenibilidad y cuidados de la vida. En 2015 ya definimos algo que luego se generalizó en aspectos como el cambio climático, por ejemplo, que lleva aparejado el riesgo de la indigencia y de la vulnerabilidad en el planeta que hay que calmar, intentar revertir y ejecutar cambios en modelos productivos que impidan que eso siga creciendo.

La tercera área es la que centra precisamente este congreso: las migraciones, la denominada movilidad humana, entendiendo que unas migraciones mal gestionadas generan monstruos, por eso hay que afrontarlas de manera sensata, decente, correcta, acorde a la legalidad internacional. «Monstruos son Salvini, Le Pen, monstruo es Trump o Bolsonaro. Monstruos son aquellos que también en nuestro territorio se llaman Vox y que utilizan la pobreza de las migraciones como un arma arrojadiza, sobre todo en momentos electorales.»

Para Calle, «partidos de la ultraderecha la cogen de su mano, simplificando, ridiculizando y haciendo de la víctima una doble víctima. Y es ahí donde entendemos que necesitamos rigor, análisis, legalidad internacional, no caer en el buenismo, pero sí aliarnos con quien nos tiene que explicar esto desde un espacio pedagógico sensato».

Y esa es la razón por la que se organiza el Congreso Internacional de Periodismo de Migraciones. En él se aborda cómo los grandes expertos que trabajan en esta especialidad periodística son capaces de ponerse de acuerdo desde diferentes perspectivas ideológicas y vitales para focalizar la necesidad de aliarse con la cooperación extremeña. «Queremos ser capaces de contar las cosas desde una perspectiva diferente para trasladar a la gente que las migraciones son un hecho natural, que los extremeños sabemos qué significan, que cuando el 50% de Extremadura se marchó fue por obligación, no por gusto.

Y sin embargo el impacto de esas migraciones generaron desarrollo e infinidad de riqueza a las comunidades autónomas donde fuimos. Y eso es algo que sigue pasando hoy cuando llegan aquí los temporeros a trabajar a áreas que poco a poco estamos dejando de utilizar nosotros. Al final las migraciones son un hecho económico que hay que entender».

PALIAR SITUACIONES GRAVES /La política tiene que atender las migraciones, «pero sobre todo hay que contarlo de otra manera, evitar que la nacionalidad se convierta en el foco del pecado», que los periodistas sean capaces de propiciar este aprendizaje colectivo. «Desde la cooperación extremeña trabajamos las migraciones de frontera española hacia fuera y hay una estrategia muy bien definida, de trabajo en origen, con intervención de emergencia humanitaria en Damasco, Líbano, en Gaza, con población refugiada, migrante, en sus lugares de origen, para paliar las situaciones graves. Asimismo con proyectos a largo plazo para que estas personas puedan en algún momento elegir emigrar o no porque tengan posibilidades de arraigo y, además, que los corredores humanitarios sean seguros en las aguas del Mediterráneo, por el norte de África, alrededor de Ceuta y Melilla, en Centroamérica… Además trabajamos en fronteras y todo eso se complementa en análisis y estudios de investigación para mejorar en calidad teórica».

Ángel Calle rememora que hace cuatro años se creó el primer Observatorio de Migraciones Forzadas, Fronteras, Asilo y Refugio con sede en Mérida junto a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, para examinar la situaciones de unas diez fronteras calientes en el mundo, donde los derechos humanos cada vez se respetan menos.

El evento se realiza con la Fundación Por Causa, que son especialistas en la investigación desde el periodismo «y lo que queremos desde la Consejería de Igualdad y Portavocía es salir de la endogamia de la cooperación; tiene que abrirse y tejer esas alianzas».

Y en todo este contexto de la covid-19 cristaliza el tercer congreso, que «nos ha obligado a darle la vuelta de una manera enorme a esto. Es complicado, pero hay varios cientos de inscritos de diferentes partes del mundo».

En el congreso hay interesantes métodos para alumnado y profesionales del periodismo, por ejemplo, cómo verificar una fuente de información si viene del Cairo, o cómo identificar las ‘fake news’ provocadas por las verbalizaciones tuiteras de Donald Trump o cómo tratar el enfoque de género en las migraciones forzosas. Sin duda, una oportunidad única para crecer en el respeto al otro y evitar que las fronteras generen desigualdad.