Por unanimidad. Por consenso. Con aplausos. Y con foto. Así se ratificó ayer definitivamente en el Congreso de los Diputados la ley contra la violencia doméstica después de una tramitación parlamentaria que ha durado medio año. Los aplausos fueron tan sonoros que el presidente de la cámara, Manuel Marín, ni siquiera pudo terminar de leer el título completo de la norma.

El texto, que endurece las penas a los agresores y que entrará en vigor a finales de enero, consiguió el voto favorable de los 325 diputados que estaban presentes en el hemiciclo. No hubo ni una abstención ni una papeleta en contra. La votación demostró que la lucha contra los malos tratos es uno de los pocos temas --por no decir el único-- en el que los partidos están de acuerdo.

"Hoy es un día histórico. Todos y todas hemos dicho de forma rotunda que hay que tener tolerancia cero contra los maltratadores", resumió la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras hacerse una foto en el hemiciclo con las representantes de las asociaciones feministas.

APOYO DE ZAPATERO El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, también quiso apoyar con su presencia la norma antimaltrato. De hecho, durante la campaña electoral se comprometió a que la primera ley de su mandato sería la de la violencia doméstica. En declaraciones a los periodistas, Zapatero insistió en que la norma será "un poderoso instrumento" para combatir el maltrato. Además, achacó gran parte del "éxito" a las asociaciones de mujeres que luchan por la igualdad.

A pesar del optimismo generalizado, todos los partidos reconocieron que la ley no será una varita mágica para acabar con una violencia que, en lo que va de año, ha provocado la muerte de 60 mujeres. "La norma no pondrá fin al maltrato por sí sola, pero es un primer paso necesario", explicó Merc¨ Pigem (CiU).

De todos los diputados que subieron a la tribuna, la más dura fue la representante del PP, Susana Camarero, que criticó el hecho de que la ley, en el apartado penal, "no protege por igual a todo el mundo", sino sólo a las mujeres y a las personas "especialmente vulnerables". La diputada también mostró su disconformidad con los futuros juzgados de violencia sobre la mujer, que tendrán competencias civiles y penales.

A pesar de las críticas, el PP votó a favor de la norma. Ya lo hizo en octubre, cuando el texto se votó por primera.