El número de aspirantes y de nuevos conductores se ha desplomado y cumplir 18 años ya no implica de forma casi automática inscribirse en una autoescuela para obtener el permiso de conducir. Así lo reflejan los datos de estos centros de formación y de la Dirección General de Tráfico (DGT), que han visto caer desde el inicio de la crisis en un 51,4% los carnets expedidos. El organismo estatal concedió en el 2008 un total de 873.587 licencias frente a solo 424.152 el año pasado. No obstante, la DGT estima que la bajada se está frenando, ya que en los últimos cuatro meses han superado todas las pruebas 154.659 futuros conductores frente a los 184.937 durante el mismo periodo del 2012, un descenso del 16%.

Según la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), "las familias cada vez tienen menos posibilidades económicas y eso se nota". Antes de la crisis, asegura la CNAE, sacarse el carnet se consideraba como algo necesario para acceder al mercado laboral y la vida adulta, pero con las ofertas de empleo "escaseando", los jóvenes están "posponiendo el momento". La reducción es llamativa en permisos C (para camiones), ya que se acerca al 60% desde el 2008.

OTRAS PRIORIDADES Marta Carrera, jefa de la unidad de Educación y Formación Vial, considera que "antes los padres, al cumplir los hijos 18 años, presionaban para que empezaran a estudiar con el fin de obtener el carnet. Ahora para los padres ya no es una prioridad que un chico de 18 años se saque el permiso. La tendencia es que los jóvenes lo hagan cuando puedan".

Carrera asegura que el "tema económico" ha sido la causa fundamental del descenso y en ningún caso la implantación del nuevo examen teórico y práctico que entró en vigor el pasado enero, más exigente, pero que "en general no ha traído más suspensos". Se apoya en los datos de los cuatro primeros meses de este año en relación con el mismo periodo del pasado. En los del 2012 el porcentaje de declarados aptos a la primera en el examen teórico fue del 63,4%, frente al 62,8% en los del 2013, y en el práctico, del 48,9% frente al 48,3%. "Total, apenas un 0,6% de subida de no aptos en ambos casos, que puede diluirse en los próximos meses", confía.

ADAPTACION AL TRAFICO REAL La responsable de formación de la DGT lo atribuye a que no se trata de pruebas más difíciles, "aunque al principio la gente estaba un poco asustada". A su juicio son más completas y están planteadas con más rigor para que los conductores estén mejor formados, como en Europa, con el objetivo de que desde el primer momento sepan manejarse con su vehículo y adaptar su manejo a las circunstancias en el tráfico real, "lo que no ocurría antes, como muchos hemos vivido", destaca Carrera.

La principal novedad del nuevo examen práctico es la denominada conducción autónoma , consistente en que el alumno conduce durante 10 minutos sin recibir más órdenes concretas que la indicación de un destino determinado. El examen práctico dura 25 minutos y, antes del inicio, el examinador puede requerir al alumno que haga alguna verificación técnica en el vehículo, como los niveles de líquidos o el estado de los neumáticos, al tiempo que se evalúa la conducción eficiente. Luego, el examinador le indica un destino --el consistorio, por ejemplo-- y el alumno debe dirigirse a él de forma autónoma. Después, conducirá siguiendo las indicaciones.

Las preguntas del examen teórico pueden salir de una base de 15.500, frente a las 800 anteriores, y las hay relativas a seguridad viaria, conducción eficiente (consumo de combustible y emisión de gases) y comportamientos bajo la influencia de alcohol y otras drogas. La redacción es más sencilla. El nuevo examen persigue, según Carrera, "una evaluación global de que el conductor sabe conducir por cualquier vía pública".