Celia Romero deslumbra al mundo del flamenco con una voz infantil y cualidades que la han llevado a obtener una de las becas de formación que otorga la Diputación de Badajoz, y a cantar en algunos de los escenarios más prestigiosos como La Carlota, invitada por penas como Yunque de Oro, de Córdoba, o Melón de Oro, en Los Cerros, Murcia, cuna del cante de las minas. De Herrera del Duque, tiene 12 años y es melliza de Felicín, que toca la guitarra y el cajón con su hermana y en el grupo Juncal Sabor Extremeño.

La afición y el duende de Celia los heredó de su padre, Félix de Herrera, que lleva 33 años al toque y también fue un niño precoz: comenzó a los 7 años, como sus hijos. La última actuación donde Celia mostró su candor flamenco fue en solitario, en la sala de columnas del nuevo palacio provincial de Badajoz; y antes en el palacio de congresos.

La joven cantaora ha comenzado este año a estudiar primer curso de la ESO en el instituto de Herrera de Duque, actividad que compagina bien con la música, según asegura, y por la que es reconocida y admirada por sus compañeros, que "me dicen que qué bien cantas y no sé qué", explica con pudor. También comenzará a recibir clases en la academia sevillana de Cristina Hereen.

Celia Romero cantó por primera vez en un festival que se celebró en la plaza de toros de su pueblo: "Mi padre me dijo que si quería cantar y le respondí que sí y salí a cantar un tuna". Pero su primera actuación de flamenco fue un tango extremeño, uno de sus palos preferidos, junto con la soleá, que élla considera que "es más complicada". Cuando se le pregunta qué siente cuando canta, Celia afirma que no sabe muy bien, que "depende de lo que cante", y que a veces se deja "llevar por la emoción".

Su padre es su principal ayuda, "me enseña mucho, le he tenido de maestro; Miguel de Tena me da algunas lecciones, y de vocalización a Cintia Cano". Celia admira a Miguel de Tena, a La Kaíta, Alejandro, El Madalena o Esther Merino. Y de mayor dice que quiere ser "cantaora de flamenco y profesora o pediatra".

Ahora trabaja con su padre y su hermano en la preparación de un disco con ayuda de la diputación, en el que interpretará cantes extremeños y alguna letra de colombianas. Celia Romero no duda; cuando se le pregunta si es muy flamenca, enseguida responde que "sí".